Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Nuevo México (UNM) en Estados Unidos halló microplásticos en todos los testículos de hombres y perros que usó para su análisis.
En el análisis, publicado en el medio especializado Toxicological Sciences, encontró al menos 12 tipos de microplásticos en los testículos de 47 perros procedentes de castraciones veterinarias y 23 testículos humanos post mortem.
Para el análisis, calentaron las muestras hasta el punto de descomposición en un proceso llamado pirólisis–cromatografía de gases/espectrometría de masas. Posteriormente, separaron los restos y examinaron para detectar los microplásticos con equipos de alta sensibilidad.
Tanto en las muestras de testículos caninos y de humanos abundan diversos tipos de polímeros, el principal es el PE, o polietileno, empleado en bolsas y botellas, seguido del PVC, usado en tuberías en casas y en las calles, por ejemplo.
UNM researchers have detected significant concentrations of microplastics in the testicular tissue of both humans and dogs. https://t.co/2ZHhf7b3ZG
— UNM Health Sciences (@UNMHSC) May 17, 2024
“El plástico marca la diferencia: qué tipo de plástico podría estar correlacionado con su función potencial. El PVC puede liberar muchas sustancias químicas que interfieren con la espermatogénesis y contiene sustancias químicas que causan alteraciones endocrinas”, afirmó Xiaozhong Yu, médico y profesor de la Facultad de Enfermería de la UNM en un comunicado.
Los investigadores señalan que este descubrimiento podría estar relacionado con la disminución en el número de espermatozoides en los hombres, pero señaló que es necesario abundar en este aspecto.
¿Qué son los microplásticos y cómo afectan?
Los microplásticos son el resultado de cuando el plástico es expuesto a la luz ultravioleta en la luz solar y se descompone en los basureros. Estas partículas tienen un tamaño menor a cinco milímetros y muchos de ellos son medidos en nanómetros, que son una mil millonésima de un metro.
¿Cómo llegan los microplásticos?
Los microplásticos pueden llegar al organismo de muchas formas. Estas partículas pueden traspasar los sistemas de filtración de agua y terminar en el océano y en lagos, con lo cual son una amenaza potencial para la vida acuática, recuerda la
Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica
de Estados Unidos.