¡Toda una leyenda! Catemaco, es una localidad ubicada en Veracruz; el nombre de esta región proviene del náhuatl Calli que significa “casas” y Tematli que significa “quemar”, traduciéndolo como “el lugar de las casas quemadas”. Se dice que este hace referencia a la gran erupción del volcán San Martín Tuxtla en 1796.
Este localidad es famosa por el amplió conocimiento sobre temas de brujería prehispánica en México, siendo una mezcla de herencia olmeca, así como tradiciones esotéricas que le dan a Catemaco el nombre de la “tierra de los brujos”. Esta es su historia.
¿Por qué Catemaco es conocida como la “Tierra de los brujoss”?
Catemaco, Veracruz es una región conocida por la importancia que ha tenido en la historia de los brujos que habitan en esta localidad, los cuales se remontan antes de la llegada de los españoles a México, pero ¿por qué se le conoce como la “tierra de los brujos”?
Todo comenzó con el choque cultural que provocó la llegada de los españoles a México, quienes al arribar acompañados de esclavos africanos expertos en medicina y santería, se generó un sincretismo con los brujos y las tradiciones olmecas que habitaban en esta región de Veracruz, convirtiéndose en una gran comunidad de curanderos, brujos, chamanes e incluso hechiceros.
La historia de Catemaco, Veracruz, mejor conocida como la “tierra de los brujos”, es una mezcla de tradiciones prehispánicas, colonización española y sincretismo religioso. Recuerda que los brujos, chamanes, curanderos y hechiceros no son lo mismo, pues cada uno de ellos realiza un trabajo distinto.
¿Cómo llegar a Catemaco, Veracruz?
¡No te pierdas! Si quieres visitar la tradicional y famosa tierra de los brujos, recuerda que esta se ubica en la localidad de Catemaco en el centro de la Sierra de Losuxtlas, ubicada en el extremo centro del sureste de Veracruz.
Para llegar a uno de los lugares más populares del estado, es necesario tomar la carretera número 180 rumbo a Alvarado y San Andrés Tuxtla, y a solo 7 kilómetros encontrarás la entrada a este místico y mágico lugar.
