El Cártel del Golfo: Redes criminales en el mar, la nueva cara del narcotráfico en el Golfo de México

El sol se oculta sobre las costas de Tamaulipas, tiñendo de naranja el horizonte del Golfo de México. Pero en la oscuridad, lejos de la mirada de las autoridades, se teje una red criminal que se extiende como una mancha de aceite, contaminando las aguas y amenazando la seguridad de la región.

El Cártel del Golfo, una de las organizaciones criminales más antiguas y violentas de México, ha encontrado en el mar un nuevo territorio para expandir sus operaciones, diversificando sus actividades más allá del narcotráfico y adentrándose en el lucrativo negocio de la pesca ilegal, el tráfico de personas y la explotación de recursos marinos.

En el centro de esta trama criminal se encuentra Francisco Javier Sierra Angulo, alias “El Borrado”, un hombre de 35 años con una mirada fría y una ambición desmedida.

Ascendido recientemente a la cúpula del Cártel del Golfo en Matamoros, “El Borrado” no solo controla las rutas del narcotráfico en la frontera con Estados Unidos, sino que también dirige una sofisticada operación de pesca ilegal que genera millones de dólares en ganancias para la organización criminal.

“El Borrado”, no solo es el nuevo rostro del Cártel del Golfo en Matamoros. Es la punta del iceberg de una operación criminal que se extiende más allá de las fronteras terrestres, adentrándose en las turbulentas aguas del Golfo de México.

Mientras las autoridades estadounidenses lo señalan como un peligroso narcotraficante, una investigación presentada por la Secretaria de Terrorismo e Inteligencia Financiera de Estados Unidos, revela su conexión con una red de pesca ilegal, tráfico de personas y explotación de recursos marinos que amenaza la seguridad y el medio ambiente.

Nacido en las entrañas de Tamaulipas, “El Borrado” se forjó en la violencia que ha marcado la historia de este estado fronterizo.

Sus primeros pasos en el mundo del crimen los dio en Valle Hermoso, donde rápidamente escaló posiciones dentro del Cártel del Golfo gracias a su crueldad y eficiencia.

Su ascenso a la cima en Matamoros coincide con la decadencia del cártel, azotado por las pugnas internas y la persecución de las autoridades.

En Matamoros, “El Borrado” lidera las operaciones de Los Rojos, un brazo armado del Cártel del Golfo conocido por su extrema violencia.

Los Rojos no solo se enfrentan a grupos rivales como el Cártel del Noreste (CDN), herederos de Los Zetas, sino que también controlan las actividades de pesca ilegal en la región, imponiendo su ley a los pescadores locales y asegurando el flujo de recursos para la organización criminal.

Esta guerra interna ha provocado un incremento en la violencia en la región, con enfrentamientos armados, ejecuciones y desapariciones.

El Cártel del Golfo, fundado en la década de 1930 por Juan Nepomuceno Guerra, tiene una larga historia de adaptación y reinvención.

Lo que comenzó como una organización dedicada al contrabando de alcohol durante la Ley Seca en Estados Unidos, se transformó en un poderoso cártel que controlaba el tráfico de drogas en la frontera con Texas.

Sin embargo, la fragmentación del cártel tras la caída de Osiel Cárdenas Guillén en 2003 y el ascenso de Los Zetas obligaron al Cártel del Golfo a buscar nuevas formas de financiamiento.

La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) se ha convertido en una mina de oro para el Cártel del Golfo. Las razones son varias.

Especies como el huachinango y el tiburón alcanzan precios exorbitantes en el mercado negro estadounidense.

Un kilo de huachinango de alta calidad puede venderse hasta en 1,500 pesos (aproximadamente 80 dólares), mientras que las aletas de tiburón, muy codiciadas en la gastronomía asiática, pueden llegar a costar más de 10,000 pesos (540 dólares) por kilo.

Bajos costos operativos, las “lanchas” utilizadas para la pesca ilegal son embarcaciones pequeñas y relativamente baratas de operar. Además, la falta de regulación y vigilancia en algunas zonas del Golfo de México facilita la pesca furtiva.

Menor riesgo en comparación con el narcotráfico, si bien la pesca ilegal está penada por la ley, las penas suelen ser menores que las impuestas por el tráfico de drogas. Esto hace que sea una actividad atractiva para los cárteles, que buscan diversificar sus ingresos y reducir su exposición al riesgo.

Dado que la pesca de huachinango y especies de tiburón está sujeta a límites estrictos en Estados Unidos, y por lo tanto esas especies son más abundantes en aguas estadounidenses, los pescadores mexicanos cruzan a aguas estadounidenses para pescar a través de estas lanchas.

Luego llevan sus capturas de vuelta a los campamentos de lanchas en México, donde el producto finalmente se vende y, a menudo, se exporta a Estados Unidos.

Esta actividad genera millones al año para los campamentos de lanchas. Además, también provoca la muerte de otras especies marinas que son capturadas accidentalmente.

Playa Bagdad, una localidad costera en Tamaulipas, esconde un secreto oscuro. Bajo el control de los hermanos Guerra Salinas, “Mayelo” y “Samorano”, esta playa se ha convertido en el epicentro de la pesca ilegal del Cártel del Golfo.

Desde allí, decenas de “lanchas” zarpan diariamente hacia aguas estadounidenses, donde capturan ilegalmente grandes cantidades de huachinango y tiburón.

Raul Decuir Garcia (alias La Burra) e Ildefonso Carrillo Sapien (alias El Chivo) son propietarios de campamentos de lanchas que supervisan y permiten que los pescadores de lanchas crucen a aguas estadounidenses para o en nombre del Cártel del Golfo.

El producto es luego transportado de regreso a Playa Bagdad, donde es procesado y enviado a Estados Unidos a través de una red de contrabando.

Mientras “El Borrado” consolida su poder en Matamoros, la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos le sigue los pasos de cerca.

Fuentes confidenciales revelan que la DEA ha logrado infiltrarse en sus círculos cercanos a través de una audaz operación encubierta en Texas.

Agentes encubiertos se han hecho pasar por compradores de droga y armas, logrando recopilar información clave sobre las operaciones de “El Borrado” y sus conexiones con otros grupos criminales en Estados Unidos.

El 26 de noviembre de 2024, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso sanciones a cinco operadores del Cártel del Golfo, incluido “El Borrado”.

Estas sanciones, que congelan sus activos en Estados Unidos y prohíben a ciudadanos y empresas estadounidenses realizar transacciones con ellos, buscan desarticular la red de pesca ilegal del cártel y cortar una importante fuente de financiamiento para sus actividades criminales.

“La acción de hoy destaca cómo las organizaciones criminales transnacionales como el Cártel del Golfo dependen de una variedad de esquemas ilícitos como la pesca de IUU para financiar sus operaciones, junto con el tráfico de narcóticos y el contrabando de personas”, dijo el Subsecretario interino de Terrorismo e Inteligencia Financiera Bradley T. Smith, en un comunicado de prensa difundido en la pagina oficial del Departamento del Tesoro de EU.

“Mayelo”, “Samorano”, “El Borrado”, “La Burra” y “El Chivo” están siendo sancionados de conformidad con la Orden Ejecutiva 14059 por ser propiedad, estar controlados o dirigidos por, o por haber actuado o pretendido actuar para o en nombre de, directa o indirectamente, el Cártel del Golfo, una persona sancionada de conformidad con la Orden Ejecutiva 14059.

El Cártel del Golfo no es un actor nuevo en el escenario criminal mexicano. Sus orígenes se remontan a la década de 1930, cuando Juan Nepomuceno Guerra estableció una red de contrabando de alcohol en la frontera entre México y Estados Unidos.

Con el tiempo, el cártel se fue consolidando como una poderosa organización dedicada al tráfico de drogas, extendiendo su influencia a lo largo de la frontera y diversificando sus actividades criminales.

En la década de 1980, el Cártel del Golfo, liderado por Juan García Ábrego, se consolida como una de las principales organizaciones de tráfico de drogas en México.

En 2003, Osiel Cárdenas Guillén, líder del cártel, es capturado y extraditado a Estados Unidos. Esto desencadena una lucha interna por el poder y el surgimiento de Los Zetas como un grupo independiente.

La violencia se intensifica en 2010 en Tamaulipas con enfrentamientos entre el Cártel del Golfo y Los Zetas. Masacres, secuestros y extorsiones se vuelven comunes.

Y en marzo de 2023, el Cártel del Golfo es responsable del secuestro y asesinato de ciudadanos estadounidenses en Matamoros, lo que genera condena internacional y aumenta la presión sobre las autoridades mexicanas.

La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha sido una pieza clave en la lucha contra el Cártel del Golfo.

A lo largo de los años, la OFAC ha impuesto diversas sanciones a la organización criminal, buscando debilitar sus operaciones y desarticular sus redes financieras.

En 2007, la OFAC designa al Cártel del Golfo como un importante narcotraficante extranjero en virtud de la Ley Kingpin, y el 5 de diciembre de 2021, la OFAC vuelve a sancionar al Cártel del Golfo en virtud de la Orden Ejecutiva 14059 por su participación en actividades que contribuyen a la proliferación internacional de drogas ilícitas.

El ascenso de “El Borrado” y la expansión de las operaciones del Cártel del Golfo en el Golfo de México representan un desafío para la seguridad y el medio ambiente en la región.

La pesca ilegal no solo amenaza la biodiversidad marina, sino que también financia las actividades criminales del cártel, perpetuando la violencia y la inestabilidad en la frontera entre México y Estados Unidos.

El Cártel del Golfo, al igual que otras organizaciones criminales en México, se encuentra en un constante proceso de adaptación y transformación.

La fragmentación, las pugnas internas y la presión de las autoridades han obligado al cártel a diversificar sus actividades y buscar nuevas formas de financiamiento.

La pesca ilegal se ha convertido en un pilar de su economía criminal, pero también en un nuevo frente de batalla contra las autoridades.