La vaquita marina , el cetáceo más amenazado del planeta, enfrenta una extinción inminente. Con solo 10 ejemplares restantes, los expertos advierten sobre la crítica situación de esta especie endémica del Golfo de California.
A pesar de los esfuerzos de conservación, la pesca ilegal y la falta de alternativas sostenibles amenazan tanto a la vaquita como a las comunidades pesqueras locales. En este artículo, exploramos las voces de expertos y pescadores que claman por soluciones efectivas antes de que sea demasiado tarde.
¿Cuántas vaquitas marinas quedan en 2024?
De acuerdo con Lorenzo Rojas, biólogo y coordinador del programa de conservación, “ al menos hay 10 vaquitas que sobreviven ” y en recientes avistamientos se lograron capturar imágenes y videos en mayo; sin embargo, la situación es alarmante: “No puedes llevar a la extinción a los pescadores del Alto Golfo, por salvar a la vaquita”, enfatiza Rojas, quien destaca que ni los pescadores ni la vaquita están siendo salvados en este momento.
Desde 2015, el gobierno mexicano prohibió el uso de redes para pescar en esta área debido a su impacto devastador en las vaquitas. A pesar de esta prohibición, los pescadores han seguido utilizando redes ilegales por necesidad económica: “Si no trabajamos con él, nos morimos de hambre”, explica un pescador nativo. Esta desesperación ha llevado a muchos a utilizar redes más delgadas para minimizar el daño a la especie, aunque aún enfrentan críticas por su actividad pesquera.
¿Adiós a la vaquita marina? La crónica de una extinción anunciada
El costo de esta crisis no solo afecta a la fauna marina; también impacta profundamente en las comunidades locales: “Aquí hay varias víctimas… nuestros impuestos se gastan en programas de vigilancia que no detienen la pesca ilegal”, denuncia un pescador. La falta de alternativas sostenibles ha dejado a los pescadores atrapados entre su medio de vida y la conservación de una especie en peligro crítico.
La situación actual exige una respuesta coordinada y efectiva para proteger tanto a la vaquita marina como a las comunidades pesqueras que dependen del mar. Sin acciones concretas y un compromiso real por parte del gobierno y las autoridades ambientales, el futuro de la vaquita marina sigue siendo incierto.
