Pensiones en México: entre estafas, desesperación y días de angustia en los hogares
En el año 2020, 7.7 por ciento de la población está pensionada y según expertos, una pensión debe prepararse con un expediente y documentos que se necesitan.
Muchos de ellos están en espera de su pensión , ese beneficio o derecho que adquiere un trabajador durante su trayectoria laboral, ya sea cumpliendo 60 años o por antigüedad en su trabajo.
“Regularmente, una pensión mínima aproximada a unos 8 mil 500 o 9 mil pesos”, dice Mónica Pérez Ríos, abogada.
No todos tramitan su pensión en tiempo y forma, como Manuel Trejo, quien después de 30 años laborando tramitó su pensión, pero lo estafaron.
“Contraté a una empresa, la encontré en internet, me prometieron que yo tenía que dar arriba de 50 mil pesos, en dos meses consigues tu pensión; me habían dicho que serían como de 12 mil pesos mensuales, dije no está mal (…) en lugar de que fueran 12 mil fueron 2 mil”, contó Miguel, quien dice estar desesperado.
Depresión, la otra cara después de la jubilación
Miguel recibe 2 mil pesos de pensión, tuvo que buscar trabajo y no encontraba por la edad. “Me alcanza para lo básico, pagar la renta y comer”, dice.
Doña Esperanza de verdad que ya no le hace honor a su nombre, la jubilación solo la dejó inactiva y deprimida. Luego de pensionarse, dice, le afectó muchísimo y tiene depresión; “(le afectó) primeramente en lo económico, uno ya se siente grande, ya cansado”.
Se ve y no se reconoce ahora que está pensionada prefiere regresar a trabajar. El caso de Miriam quizás es uno de tantos que utilizan su pensión en sobrellevar sus enfermedades. “Tengo fibromialgia, tengo hipotiroidismo, me terminé el cartílago de las rodillas, es mucho dolor en el cuerpo, mucha inflamación, cuando uno trabaja en la cocina o de mesero siempre está uno parado”, comenta Miriam Carreño.
Pero sin duda pensionarse es una decisión que debe tomarse con mucha madurez . Como Manuel Romero, quien lleva más de 70 años trabajando en la industria textil y está pensionado, pero sigue sintiéndose útil.
“La jubilación, pienso, es un veneno. Lo que veo yo es que la gente que se jubiló generalmente dura muy poco, porque deja de servir y los hombres vivimos para servir y si no servimos estorbamos en todos lados”, señala Manuel Romero.
Y ahí lo ve, sus pasos son más lentos, pero firmes por qué la jubilación no lo detiene. Tan solo en el 2020, 7.7 por ciento de la población está pensionada y según los expertos, una pensión debe prepararse.
La abogada Mónica Pérez Ríos expresa que “desde que tenemos alrededor de 54 o 55 años sería muy importante ir armando un expediente en donde yo voy teniendo mis últimos estados de cuenta de Afore, verificar qué número de Seguridad Social soy, que tu CURP esté perfectamente certificada”.