El uso de la pena de muerte a nivel mundial experimentó un alarmante aumento en 2024, alcanzando las cifras más altas registradas por Amnistía Internacional desde 2015. El más reciente informe global de la organización de derechos humanos documenta al menos 1 518 ejecuciones llevadas a cabo en 15 países durante el año pasado, lo que representa un incremento del 32% respecto a las cifras conocidas en 2023.
Este drástico repunte se atribuye principalmente a un aumento significativo de las ejecuciones en países, encabezados por Irán, Arabia Saudí e Irak.
Irán, Arabia Saudí e Irak impulsan el alza
Según los datos recopilados por Amnistía Internacional, la gran mayoría de las ejecuciones documentadas (excluyendo las cifras no reveladas de China) se concentraron en Oriente Medio.
Irán, Arabia Saudí e Irak fueron responsables de 1 380 de las 1 518 ejecuciones registradas, consolidándose como los principales verdugos conocidos a nivel global.
Global: Recorded executions hit their highest figure since 2015 https://t.co/VJF9bCm550
— Marcos Gómez (@GomezMarcos) April 8, 2025
El informe sugiere que el aumento en Irán podría estar vinculado a ejecuciones por delitos relacionados con drogas y a la represión estatal, mientras que en Arabia Saudí persiste una aplicación amplia de la pena capital para diversos delitos, a menudo mediante decapitación.
En Irak, muchas ejecuciones suelen estar relacionadas con cargos de terrorismo, en procesos que generan preocupación sobre la equidad de los juicios.
La cifra total de 1 518 ejecuciones es la más elevada que Amnistía Internacional ha podido confirmar desde el pico registrado en 2015, marcando un preocupante retroceso en la tendencia global hacia la abolición que se había observado en años anteriores.
El secreto chino y la persistencia de la pena capital
A pesar de las escalofriantes cifras documentadas, la verdadera magnitud del uso de la pena de muerte sigue siendo desconocida, principalmente debido al secreto de Estado que rodea las ejecuciones en China.
Amnistía Internacional reitera que China continúa siendo, con diferencia, el país que más aplica la pena capital en el mundo, con estimaciones que calculan las ejecuciones anuales en miles. Sin embargo, la falta de transparencia impide conocer la cifra exacta.
Otros países como Egipto y Estados Unidos también figuran entre los que llevaron a cabo ejecuciones en 2024, siendo este último la única democracia occidental que mantiene esta práctica. Los métodos de ejecución varían globalmente, incluyendo ahorcamiento, decapitación, inyección letal y fusilamiento.
Avances abolicionistas
El informe de Amnistía Internacional no solo documenta el retroceso, sino que también suele destacar los avances hacia la abolición.
Aunque el número total de ejecuciones conocidas aumentó drásticamente en 2024, la cantidad de países que las llevaron a cabo se mantuvo relativamente baja (15), y la tendencia a largo plazo sigue mostrando que la mayoría de los países del mundo han abolido la pena de muerte en la ley o en la práctica.
#Iran #Iraq #SaudiArabia were responsible for the overall 32% rise on 2023. In total, the trio accounted for 91% of all recorded executions. Figures do not include thousands believed to have been executed in #China, as well as #NorthKorea and #VietNam https://t.co/vd5kcJfAJx pic.twitter.com/Eg9G0OnsVL
— chiara sangiorgio (@chiarasan) April 8, 2025
Amnistía Internacional reitera su condena a la pena de muerte en todas las circunstancias, considerándola el exponente máximo de pena cruel, inhumana y degradante, y violatoria del derecho fundamental a la vida.
La organización insta a todos los países que aún la mantienen a establecer una moratoria oficial sobre las ejecuciones como primer paso hacia la abolición total.