El qué y por qué desde Washington | La pasividad mexicana ante el huracán necesita cambiar

El gobierno de México se da cuenta de que tiene varios instrumentos a su alcance para moderar la actitud negativa de Donald Trump; ¿hay pasividad mexicana?

Escrito por: Armando Guzmán

La pasividad mexicana ante el huracán necesita cambiar
México necesita ser más proactivo frente a Donald Trump | FIA

Dicen que México en todas se mete y de todas sale.

Esa, mis amigos, no es una verdad histórica, es una mentira histórica. Hay algunas veces en que nos metemos en situaciones que ni el tiempo nos ha curado.

La presidenta de México y Donald Trump han hablado en un par de ocasiones, y Trump se ha referido a ella con mucha cortesía. Está muy claro que él sabe que van a tener que trabajar juntos y por eso se expresa con comedimiento hacia ella.

Pero no podemos perder de vista que Donald Trump tuvo que llegar nuevamente para decirnos que el crimen, la inseguridad, los narcos independientes y los cárteles nos están ahogando. El gobierno mexicano por muchas razones ya conocidas ha elegido consentir todo esto y pretender que no ocurre.

Trump se dio cuenta y lo que nos está advirtiendo es que él no va a permitir que esa enfermedad se le cuele a su territorio y su país. Nosotros defendiendo nuestra soberanía estamos mostrando la actitud de que eso va a desaparecer sin que nosotros hagamos nada.


Por eso no es muy difícil entender por qué los comentaristas y analistas mexicanos difieren tanto en su percepción de lo que ocurre entre Estados Unidos y México, de la visión, que, al menos en público, el gobierno mexicano nos está dejando ver.

Todos los días desde Washington, escucho, veo y leo lo mucho que se dice y se analiza de que lo que fue una pasiva actitud de Joe Biden hacia México. Eso es lo que está por cambiar radicalmente. Lo que veremos y sentiremos ahora es un huracán que va a transformar todas las áreas de la relación bilateral.

¿México puede moderar la actitud de Donald Trump?


Obviamente, a todos sus niveles, el gobierno mexicano se da cuenta de que tiene varios instrumentos a su alcance para moderar la actitud negativa de Donald Trump hacia nuestro país. También, se da perfecta cuenta de lo que tiene que hacer para moderar esa agresividad que el próximo presidente no solamente no oculta de nadie, sino que la exhibe cada vez que puede.

Por eso la reciente captura de los cargamentos de fentanilo . Y por eso las continuas desbandadas de las caravanas de migrantes. No mis amigos, no estoy hablando de entreguismo, de lo que les estoy hablando, señores y señoras, es de pragmatismo.

Es importante que tengamos muy presente la gran asimetría que existe entre México y Estados Unidos. Esa enorme diferencia de tamaño y poder económico es lo que le da a Trump toda la ventaja del mundo en nuestra relación. Pero “OJO”, eso no quiere decir que en México no tengamos ninguna forma de ponernos al tú por tú con el gigante.

De hecho, de lo que estoy hablando es de que estamos ya tarde y aún no hemos empezado a buscar las formas de emparejar la situación. Mi pregunta es: ¿por qué, qué es lo que estamos esperando?

Estados Unidos no tendrá simpatía para nada que suene socialista, comunista o izquierdista


Hoy sabemos ya que Ron D. Johnson , el próximo embajador de Estados Unidos, es alguien de línea dura, que es parte cercana y fue una selección directa de Marco Rubio, el próximo Secretario de Estado del gobierno de Donald Trump. También ya sabemos que no habrá ningún tipo de simpatía para nada que suene socialista, comunista o incluso izquierdista.

Hoy sabemos que Mike Walz, el congresista de Florida, que por primera vez propuso usar a las fuerzas militares de Estados Unidos y que también por primera vez propuso en el Congreso declarar a los cárteles como organizaciones terroristas, se convertirá ahora en el Asesor de Seguridad Nacional. Walz, en su nueva posición, tendrá su oficina junto a la oficina oval del presidente.


Ahora lo que necesitamos saber es, como decía el gran personaje mexicano, ¿quién podrá defendernos? ¿Quiénes son los funcionarios mexicanos que usarán posición, astucia, técnica y política para servir de contraparte a los funcionarios de Estados Unidos que acabo de nombrar?

Y… ¿Cuándo empezarán a hacerlo?

En México, cuando se habla de que la relación México-Estados Unidos, está entrando una nueva fase, escucho decir que hay que convencer a Trump que la relación comercial es muy importante para los tres países. Eso es cierto. El problema es que aquí nadie habla de comercio y de la renegociación del TMEC, déjeme mostrarle de qué se habla en los círculos de Trump, de Marco Rubio y de Mike Walz.

Los 10 puntos de los que se queja la derecha estadounidense sobre México


1.- Las relaciones entre Estados Unidos y México siguen un rumbo peligroso que ha empoderado a los cárteles de la droga y ha provocado un aumento vertiginoso de las sobredosis y una migración descontrolada a Estados Unidos.

2.- Joe Biden fue solo un observador pasivo del crecimiento de la migración ilegal. A eso se debió el crecimiento del negocio de los cárteles, traficando mujeres y niños como mercancía.

3.- El nuevo gobierno y el nuevo Congreso en Washington deben asumir el control de nuestra relación con nuestro vecino del sur. Esto debe ser prioridad.

4.- Claudia Sheinbaum, la actual presidenta de México, debe su victoria casi en su totalidad al muy popular gobierno de López Obrador, lo que deja pocas posibilidades de que se distancie del hombre universalmente conocido como AMLO. Bajo ese último gobierno las relaciones entre Estados Unidos y México sufrieron uno de sus peores deterioros.

5.- Mientras en la frontera con México han crecido el tráfico de fentanilo y la migración masiva. El peligro que Estados Unidos ve y siente es que esos dos fenómenos hicieron crecer también el peligro de que, con las puertas abiertas, entren las redes terroristas internacionales. La derecha estadounidense se da cuenta de que la relación bilateral , con los berrinches ideológicos del gobierno anterior, se desaprovecharon la mayoría de las oportunidades importantes de colaboración, por ejemplo, la deslocalización de las cadenas de suministro desde China.


6.- La queja conservadora constante es que México no parece actuar como un aliado. Para la derecha estadounidense es vital que la relación entre Estados Unidos y México se estabilice, por eso insisten en que la próxima administración Trump debe enderezar el barco. Eso implica que esperan, también, que el gobierno mexicano, por su propia conveniencia, sea su aliado en esa tarea.

7.- Mientras el narcotráfico de los cárteles creció, el gobierno de México unilateralmente puso fin a la Iniciativa Mérida, que había estado en vigor desde el 2006. Esa acción puso fin a la cooperación antidrogas con las fuerzas del orden estadounidenses; Joe Biden permaneció en silencio, Donald Trump tendrá que arreglarlo.

8.- El gobierno de Biden fue un observador pasivo de las principales disputas comerciales, la expropiación de empresas estadounidenses en México e incluso las amenazas de acciones contra periodistas estadounidenses por parte del gobierno mexicano. Eso va a cambiar con Trump.

9.- Joe Biden quiso asegurarse de un apoyo transitorio del gobierno mexicano en materia de migración para evitar una crisis durante la elección. Esa es la razón para que en el nuevo gobierno de Trump se implemente la mayor deportación masiva de la historia y México tendrá que dejar entrar a su territorio a los ciudadanos del mundo entero que entraron a Estados Unidos a través de territorio mexicano.

10.- Los flujos de fentanilo a Estados Unidos se triplicaron entre 2021 y 2023.

México ha estado actuando, pero necesita ser más proactivo frente a Trump

En honor a la verdad, a todo lo anterior, México ha respondido con un importante aumento de la vigilancia fronteriza. La impresión de que el presidente mexicano anterior socavó los intereses estadounidenses y que esto fue cada vez más abierto, no significa que ahora, entre Trump y Sheinbaum, no puedan juntos encontrar, cómo cambiar esas tendencias.

Mantener una relación sólida con México es vital para la prosperidad de la gente de los dos países. Los gobiernos en México y Washington pueden tomar medidas simples para mejorar la crisis actual. Pero no podemos seguir respondiendo que todo es una violación de la soberanía mexicana. Esos pretextos, ni siquiera tienen sentido para los estadounidenses.

Esto hará sentir a Trump que México es un aliado, no sólo un socio y un vecino. Estados Unidos quiere reafirmar su seguridad nacional y su influencia económica, y México en lugar de obstaculizar debe ayudarlo por su propio interés. La pasividad mexicana ante el huracán necesita cambiar.

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