El Papa Francisco pidió a Nicaragua que permita el regreso a la nación centroamericana de religiosas expulsadas de una orden benéfica fundada por la Madre Teresa, al decir que se trataba de “revolucionarias del evangelio”.
Las 18 religiosas de la rama local de la orden Misioneras de la Caridad fueron llevadas a la frontera con Costa Rica en julio como parte de las medidas enérgicas contra iglesia católica por parte de Nicaragua.
La iglesia en Nicaragua actuó como mediadora durante las protestas de 2018 contra el régimen. Desde entonces, la institución ha tenido una relación tensa con Nicaragua luego de pedir justicia para más de 360 personas que murieron durante los disturbios.
Papa Francisco:
Al menos esperaría que las hermanas de la Madre Teresa pudieran regresar. Estas mujeres son buenas. No le están haciendo la guerra a nadie. Al contrario, todos necesitamos de ellas.
Las monjas cruzaron a pie a la vecina Costa Rica.
— Sara Isabel Pantoja (Figura Pública)Nos seguimos! (@SaraIsabelPant1) July 8, 2022
Las monjas de la orden Misioneras de la Caridad, fundada por la Madre Teresa de Calcuta, abandonaron Nicaragua después de que el gobierno de Daniel Ortega cerrara su asociación junto con otras organizaciones benéficas y civiles. pic.twitter.com/ggImX3t8bY
A las religiosas, que habían estado trabajando con comunicades empobrecidas de Nicaragua durante más de 30 años, se les revocó su estatus legal.
En los últimos meses, autoridades de Nicaragua han detenido a sacerdotes, mientras que otros se han exiliado.
El obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, uno de los más poderosos e influyentes de la iglesia católica en Nicaragua, fue puesto bajo en “resguardo domiciliar” a mediados de agosto en Managua.
El prelado, un fuerte crítico de Ortega, se había resguardado tras el inicio de una investigación en su contra por el supuesto delito de conspiración.
En marzo, el embajador del Vaticano en Nicaragua, el arzobispo Waldemar Sommertag, que había criticado el alejamiento de Nicaragua de la democracia, tuvo que abandonar el país repentinamente después de que la dictadura le retirara su aprobación.
El Papa dijo que el Vaticano estaba en conversaciones con Nicaragua para mejorar la situación de la iglesia, que ha tenido relaciones sumamente tensas desde la dura represión de las protestas en 2018.
El obispo Silvio Báez, también crítico del gobierno, se exilió en 2019.