El peregrinaje penitencial del Papa Francisco por Canadá concluyó en Iqaluit capital de Nunavut, localidad canadiense ubicada a 300 kilómetros al sur del círculo polar ártico. En esa ciudad se firmó en 1993 el mayor acuerdo de reivindicación de tierras indígenas en Canadá.
He viajado a #Canadá como peregrino para caminar con y por los #PueblosIndígenas: para que se siga adelante en la búsqueda de la verdad, en los caminos de sanación y reconciliación, y se siembre esperanza en indígenas y no indígenas, que desean vivir juntos fraternalmente.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) July 30, 2022
El Papa Francisco elogió a los sobrevivientes de las escuelas residenciales por su “valentía” al compartir historias de abuso, y les dijo que, escucharlos reavivó en él la indignación y la vergüenza que lo han acompañado desde hace meses. Volvió a pedir perdón “por el mal que cometieron muchos católicos en esas escuelas, que contribuyeron a las políticas de cultura asimilación y desvinculación”, dijo el Papa. Desde su llegada a Canadá el Papa Francisco se disculpó por estas atrocidades.
Entre 1881 y 1996 más de 150.000 niños indígenas fueron separados de sus familias y llevados a escuelas residenciales. Muchos niños murieron de hambre, fueron golpeados y abusados sexualmente en un sistema que la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá llamó “genocidio cultural”.
Si bien los líderes de Canadá han sabido sobre un gran número de niños que mueren en las escuelas residenciales desde 1907, el problema pasó a primer plano con el descubrimiento de tumbas sospechosas sin marcar en o cerca de los antiguos sitios de escuelas residenciales el año pasado.
En respuesta a la presión derivada de esos descubrimientos, el Papa se disculpó por el papel de la iglesia católica en las escuelas.
La salud del Papa
En esta gira, el Papa Francisco se vio mas cansado y sus problemas de movilidad quedaron en evidencia pues gran parte del tiempo usó una silla de ruedas para sus traslados. Aún así se tomó el tiempo para saludar a los fieles en los momentos en que hacían valla para recibirlo.
Francisco tiene 85 años y desde su posición de vulnerabilidad exigió dignidad para las personas de edad avanzada en el mundo, dijo que no hay que ser indiferentes hacia quieres con la edad necesitan más tiempo, escucha y atención.
En la ceremonia de despedida celebrada en el aeropuerto de Iaqluit, grupos indígenas ejecutaron danzas y cantos tradicionales, que el pontifice agradeció antes de abordar el vuelo de que lo lleva de regreso a Roma.