El bolillo es uno de los panes más icónicos de México, no solo por la importancia cultural que ha extendido en el país, sino por su origen, así como el hecho que ha dado el nombre a este alimento.
De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el bolillo es una herencia de origen colonial que ha perdurado en los momentos más difíciles de los mexicanos, llegando incluso a la creencia que este pan pude ayudar ante los sustos.
Se trata de una de la forma más común de pan salado, con forma de rombo, una hendidura en el centro, sin perder de vista, su sabor es crujiente por fuera, suave y esponjoso por dentro.
¿Dónde se originó el bolillo?
Sobre el origen del bolillo se tienen diferentes historias, sin embargo, una de las versiones más aceptadas señala que su creador fue Camille Pirotte, un panadero de la corte de Maximiliano de Habsburgo.
Todo comenzó durante la época de la Colonia, cuando los españoles introdujeron diversos cereales a México, entre estos el trigo, además de traer la técnica los molinos de rueda de piedra para elaborar el pan.
Se dice que Camille Pirotte “inventó” el bolillo, ya que constantemente experimentaba con un mismo tipo de masa hasta conseguir el pan erfecto y la mezcla de ingredientes que no convenía al pandero era hecha a un lado, así fue que se formó la fermentación del trigo que conocemos actualmente, que le da a este alimento la consistencia esponjosa.
¿Por qué el bolillo se llama así?
El bolillo se denomina así debido a que Camille Pirotte, conocido como el panadero que “invento” este para era muy querido por la gente, ya que les regalaba el pan que no se vendía y como no sabían pronunciar su apellido comúnmente le decían “Birote”, transformándose hasta como conocemos este alimento hoy en día.
Desde entonces el bolillo ha sido pieza esencial de los mexicanos, pues se dice que cuando ha pasado algún acontecimiento que genere un “susto” este alimento puede ayudar a controlar las emociones.
Aunque parezca difícil de creer comer un bolillo, sí puede ayudar después de un susto, dice la
UNAM
, porque por sus nutrientes principales son harina de trigo, levaduras, agua y sal, que juntos contribuyen a estabilizar la glucosa en la sangre y a contrarrestar la sensación de hueco en el estómago.