Llegó el día, Donald Trump ha vuelto a la Casa Blanca y con ello la implementación inmediata de medidas contra la migración que cancelan automáticamente las citas del CBP One, que desde hace dos años permitía a los migrantes solicitar un permiso humanitario en alguno de los puntos fronterizos. Haitianos, venezolanos y mexicanos eran quienes más solicitudes presentaban y así ingresaron casi 800,000 migrantes de forma legal a Estados Unidos.
México: Un país rico en recursos, pobre en seguridad y oportunidades
Este domingo, Sheinbaum recalcó en un evento en la mixteca Poblana, que “México no es colonia ni protectorado de nadie, y vamos a defender al pueblo de México, a la nación y a nuestra patria”.
Defender a México podría comenzar por la implementación de una seguridad que no permita que el número de homicidios diarios sea de setenta o más. Defender al pueblo de México sería más eficiente si desde nuestro país, se crearan las condiciones necesarias para impulsar la economía, creando empleos para que nuestros connacionales no se vieran
obligados a migrar arriesgando su vida en el desierto, porque en México, el crimen organizado ha vuelto insostenible el trabajo de agricultura y su opción para salir adelante sea trabajar como indocumentados en un país que endurece las políticas migratorias ante las llegadas descomunales de migrantes de cinco continentes.
¿De verdad estamos preparados para recibir de vuelta a nuestros migrantes y los extranjeros que no fueron detenidos en nuestra frontera sur? El gobierno ha implementado la estrategia de abrazos no balazos y con ello claudicado en su función de proteger la seguridad de los mexicanos. La inseguridad y el riesgo de ser extorsionado, aunado al nulo apoyo que reciben
los emprendedores y dueños de PyMes inhibe el crecimiento y la competitividad del mercado.
Los mexicanos que deciden emprender se ven oprimidos por las cuotas, licencias, restricciones y obstáculos que el gobierno impone para que llegar a tener un negocio propio y próspero sea una peripecia.
México es un país sumamente privilegiado, tenemos más de once mil kilómetros de costa, lo que se traduce en turismo potencial, ¿recuerdan cuando Acapulco era el sitio de encuentro de las más grandes estrellas de Hollywood y las mejores cadenas hoteleras estaban en fila en la costa? Recuperar ese esplendor es posible con seguridad y fomento a la inversión, pero para atraer inversión es imprescindible garantizar un Estado de derecho que respete la propiedad privada y la libertad.
Contamos con una gran riqueza de minerales como plata, plomo o zinc; recursos energéticos como gas y carbón, además de más de trescientos días de luz solar, mucha luz solar, ¡muchísima! De que se puede, se puede. Los recursos los tenemos, ¿y la libertad y seguridad?
