Los océanos son considerados los verdaderos pulmones del mundo al producir más del 50% del oxígeno del planeta, pero también son las regiones menos exploradas por el hombre. Por esta razón es común que existan dudas como si realmente se pueden mezclar las aguas del Océano Atlántico y el Pacífico.
El tema ha sido estudiado a lo largo de los años, principalmente tras surgir un video en el que se afirmó que las aguas de ambos “chocaban entre sí, sin mezclarse”. Inclusive, se exhibió como se distinguía por colores cada uno de los océanos. ¿Cuál es la verdad detrás de este video?
¿Por qué el Océano Atlántico y el Pacífico no se juntan?
La grabación en realidad no corresponde a la realidad, pues sí logran juntarse, pero la diferencia de densidad, temperatura y salinidad en ambas zonas retrasan la unión.
🌊 Hoy es el Día Mundial de los #Océanos. ¿Qué los hace tan importantes?
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) June 8, 2023
Producen al menos el 50% del oxígeno del #Planeta.
Absorben cerca del 30% del dióxido de carbono producido por los humanos, amortiguando los impactos del #calentamiento global.
📹 | @ONU_es pic.twitter.com/n0vTqsu6KP
Este proceso, casi imperceptible para los humanos, surge por los “eddies”, descritos por la fundación Aquae como una especie de remolinos que forman las corrientes y la dirección en que se dirigen, los cuales fueron bautizados y estudiados por Kenneth W. Bruland, investigador de la Universidad de California.
“Lo que parece ser una imagen en la que el Atlántico y el Pacífico no se mezclan, es en realidad un fenómeno natural único. Éste se produce cuando el agua pesada y cargada de sedimentos de los valles glaciares y ríos se vierte en el océano abierto. Allí, en el golfo, los dos tipos de agua chocan entre sí, un azul claro, casi eléctrico, que se combina con un azul pizarra más oscuro”, añade.
¿Dónde no se unen las aguas del Atlántico y el Pacífico?
Los estudios de Bruland, retomados por la Fundación Aquae, concluyen que los pequeños remolinos conocidos como “eddies” son más comunes en las costas de Alaska.
En este punto es donde surgen, trasladando hierro y otros minerales que hacen casi imperceptible la unión del Océano Atlántico y el Pacífico, pero estos sí se llegan a mezclar en sus profundidades.