Inocencias robadas en Oaxaca: La cruda realidad de la explotación infantil
El paraíso de Oaxaca oculta un oscuro secreto: la explotación infantil, un problema que tiene como raíz la extrema pobreza y falta de oportunidades.
Oaxaca enfrenta una crisis significativa en relación con el trabajo infantil , posicionándose como uno de los estados con mayores índices de esta problemática en México. Al menos hasta la década pasada, aproximadamente 95,871 niñas, niños y adolescentes se encuentran involucrados en ocupaciones no permitidas, lo que representa el 4.3% del total nacional, según datos de la Secretaría del trabajo y Previsión Social (STPS).
La Procuraduría Federal de Protección de Niñas y Niños Adolescentes mantiene a Oaxaca como una de las entidades de mayor incidencia en la trata de infantes y señalan que la mayoría proviene de las comunidades indígenas de Chiapas.
El caso más reciente fue el rescate de nueve menores de edad, el pasado mes de julio, quienes eran obligados a vender dulces y cigarros en las calles de Oaxaca y que también eran originarios de Chiapas.
¿Cómo llegan los niños a ser obligados a trabajar en México?
De acuerdo con Jassiel Hernández, criminólogo consultado por Fuerza Informativa Azteca (FIA), “el hecho de que las familias vean a su hijo como un ente generador para poder apoyarlos en estas limitaciones o carencias económicas, pues provoca precisamente esto. Dárselos a personas externas con la promesa de que los van a ayudar a estudiar, a trabajar, a hacer parte de su familia, pero resulta que no y termina en un problema de trata”.
El antecedente es una extrema pobreza, falta de oportunidades laborales y educativas , señala Alma Franco Vargas, abogada especialista en el tema, quien asegura que estos factores son los que permean en una familia para permitir que se lleven a los niños a trabajar a otro estado.
El peor de los casos recientes ocurrió en octubre de 2018, cuando fueron rescatados 56 niños indígenas en Santa María Atzompa, Oaxaca. Vivían hacinados, en condiciones deplorables y les pagaban 15 pesos al día para sus comidas.
Esta es una realidad que sacude al estado de Oaxaca y a varias entidades del país, donde los niños sufren de explotación laboral y, en algunos casos, de explotación sexual, niños a quienes les ha sido robada su infancia y su inocencia.
