Hace más de tres décadas, un 19 de noviembre pero de 1984, un terrible accidente causado por la explosión de vapores que se expanden al hervir un líquido, ocurridas en la planta de almacenamiento y distribución de Petróleos Mexicanos (PEMEX) en San Juan Ixhuatepec, conocido como San Juanico en Tlalnepantla de Baz, cobró la vida de 600 personas.
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Por la mañana de este jueves, la fosa común del panteón Caracoles, lugar donde fueron enterrados los restos de 500 personas aproximadamente, fue visitada por las autoridades de Tlalnepantla, entre ellos se encontraba el alcalde Raciel Pérez Cruz, quien llevó una ofrenda de flores en memoria de todas esas personas fallecidas.
Después de más de 30 años de una de las peores catástrofes registradas en el Valle de México, sigue ardiendo para aquellos que no solamente perdieron a sus familiares, sino que viven con cicatrices físicas y mentales que les hacen recordar uno de los peores días de sus vidas.
Muchos de los sobrevivientes optaron por dejar la zona, algunos de ellos prefirieron iniciar una “nueva vida” en Valle Anáhuac en Ecatepec, y otros más apuntaron a la Ciudad de México como su nueva residencia.
Mientras se encontraban en el llamado “parque de los muertos”, el regidor Pérez Cruz comentó que este es un día emblemático para quienes viven en Tlalnepantla, una fecha que aún conmueve a sus 36 años de la tragedia, lo que representa una herida en la memoria colectiva.
Aprovechó para anunciar la remodelación de la histórica plaza de San Juan Ixhuatepec, donde se mantiene la memoria de la tragedia, una plaza de deudas que, de acuerdo con sus palabras, no representa la idea de modificar los espacios públicos.
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El alcalde se propuso el transformar dicho espacio, añadiendo que esa área es reclamada por la ciudadanía de la zona oriente, con una intervención que devuelva la dignidad a ese histórico lugar, el cual fue el epicentro de la explosión, una obra que prometió estaría terminada en cuestión de meses.