El estudio realizado por el Observatorio Las Campanas, en Chile, en colaboración con Carnegie Institution for Science, han conseguido grandes descubrimientos sobre cómo el universo obtuvo su estructura con ayuda de la gravedad.
“Nuestra táctica proporciona nuevas e intuitivas ideas sobre cómo la gravedad impulsó el crecimiento de la estructura desde los primeros tiempos del universo”, dijo el coautor Andrew Benson, de Carnegie Institution for Science. “Esta es una prueba directa basada en la observación de uno de los pilares de la cosmología”.
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Todo se obtuvo de la encuesta Redshift Carnegie-Spitzer-IMACS, que se realizó a lo largo de 10 años a decenas de miles de galaxias con ayuda del Telescopio Magallanes Baade del observatorio chileno.
El estudio, publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, tiene como objetivo analizar la relación entre la expansión de las galaxias y el medio ambiente existente en los últimos 9 mil millones de años.
Dicho periodo corresponde a la época en que fueron definidas las estructuras de las galaxias modernas.
De acuerdo con el estudio, las primeras galaxias se formaron unos pocos cientos de millones de años después del Big Bang, que comenzó el universo como una sopa caliente y turbia de partículas extremadamente energéticas.
Cuando este material se expandió hacia afuera desde la explosión inicial, se enfrió y las partículas se unieron en gas de hidrógeno neutro.
Además, los investigadores demostraron, por primera vez en la historia, que el crecimiento de las estructuras más grandes puede ser calculado y promediado en todo el universo.
Este descubrimiento ha revelado que los grupos más densos de partículas crecieron más rápidamente, mientras que los grupos con menor densidad lo hicieron más lento.
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El trabajo brindó una descripción simple pero precisa de por qué y cómo las fluctuaciones de densidad crecen de la manera en que lo hacen en el universo real, así como en el trabajo basado en computación que sustenta nuestra comprensión de la infancia del universo.