Según los científicos, la cantidad de delfines rosados en Hong Kong ha aumentado en casi un tercio desde que el tráfico acuático fue cerrado debido a la llegada de la pandemia del coronavirus en marzo.
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La especie es originaria del estuario del río Pearl, que es el tercer río que atraviesa completamente China, pero debido a la gran cantidad de barcos y transbordadores de alta velocidad que pasan por la zona suele evitar las aguas entre Hong Kong y Macao.
Sin embargo, este tráfico acuático se detuvo por un tiempo debido a las nuevas normas y restricciones de viaje que se establecieron ante el brote del Covid-19, ocasionando que los delfines regresaran a los lugares donde solían alimentarse antes.
Laurence McCook, responsable de conservación de océanos del World Wildlife Fund, comentó que su equipo realizó un relevamiento del delfín jorobado del Indo-Pacífico en los alrededores de la isla de Lantau en Hong Kong.
Descubrieron que estos animales, también conocidos como delfines blancos chinos, se habían adaptado a su entorno más tranquilo “más rápido de lo esperado” y sus poblaciones estaban regresando lentamente.
McCook agregó que estos delfines son de importancia mundial como especie vulnerable en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) y son una parte importante del patrimonio compartido con Hong Kong y Cantón, pero los desarrollos marinos de las aguas de ambas regiones han puesto a la especie en grave peligro.
Agregó que, debido a las actividades humanas, la cantidad de estos animales en la zona ha disminuido en un 80 por ciento en los últimos 15 años.
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Según estimaciones de la sucursal de Hong Kong del Fondo Mundial para la Naturaleza, hay alrededor de 2 mil 500 delfines rosados en Hong Kong. Esta especie se enfrenta a amenazas como la degradación del hábitat, la contaminación acústica subacuática, toxinas y otros contaminantes.