San Cristóbal de las Casas es uno de los pueblos mágicos más hermosos de México, se encuentra ubicado en la zona alta de Chiapas a 2,200 metros de altura lo que lo distingue con una flora envidiable, bosques enormes, cipreses, pinos y grandes cafetales.
Cada calle te sorprende con la belleza de su arquitectura, la ciudad diseñada en cruz con cuatro iglesias, una en cada punta. En cada cuadra los colores invaden la vista y todos los rincones te animan a continuar explorando.
Aquí probé el Pox, una bebida de maíz proveniente del tsotsil que significa medicina, si le preguntas a los lugareños te dirán que es una bebida hecha para calentar el corazón.
En este pueblo hay riqueza por todos lados: gastronómica, cultural, e histórica, tanta, que incluso se hospeda en las entrañas de la tierra, en piedras preciosas. Durante mi caminata pude observar a muchas personas portar en collares, aretes y otros accesorios una gema preciosa: ámbar.
En el imaginario colectivo esta piedra contiene un mosquito lleno de ADN de especies en extinción. En tierras mexicanas, evoca además historias grandiosas, pues data de varios millones de años, es más que preciso decir que contiene historia en sí misma.
El ámbar es una gema de origen vegetal con certificación en este estado. Antiguamente era percibida como una piedra curativa y mágica; hoy su valor sigue creciendo y provee el sostén de miles de familias que trabajan para hacerla llegar a todos los rincones del mundo.
¿Pueden imaginar más de 10 millones de años de transformación? De resina a piedra preciosa, un regalo de la tierra.