Adolfo, un niño de 7 años que acababa de estrenar su playera del Querétaro, no dudó en darle su playera nueva a un aficionado del Atlas para salvarle la vida.
Este pequeño demostró que lo mejor del ser humano, puede surgir incluso en medio de la barbarie.
Mientras en las tribunas del Estadio La Corregidora eran escenario del caos, Adolfo Rodríguez Gallegos salvó a Martín Castellanos de un ataque de la barra queretana.
Sin conocerse, la vida de ambos aficionados al futbol se entrelazó.
Aquella tarde del sábado 5 de marzo, Martín y su novia, Gabriela Gutiérrez, ambos seguidores del Atlas, disfrutaban del triunfo parcial de los rojinegros en la tribuna.
La playera nueva del Querétaro
Al minuto 62, al desatarse la violencia en las tribunas, todo se convirtió en una pesadilla para la pareja, que intentó salir del estadio.
Gabriela y Martín lograron subir al siguiente nivel de las gradas, y ahí se encontraron con Adolfo junior, y sus padres Adolfo y Teresa:
“Nos dijeron ‘pónganse está playera’ para que no nos fueran a atacar por ser del otro equipo”, relata Gaby.
Martín Castellanos, quien portaba una playera del Atlas, sabía que corrían el riesgo de ser golpeados como otros seguidores del equipo rojinegro:
“Adolfo, con el terror que tenía acerca de lo que estaba sucediendo, se quita la camisa, se la da al papá y el papá es el que me la da a mí, para poderme camuflar un poco con los aficionados de Gallos”, narra el joven de 30 años, quien es odontólogo en Huixquilucan, Estado de México.
La playera del Querétaro era nueva. Justo ese sábado, los padres se la habían comprado.
“Mi papá me dijo '¿quieres ayudar?’ Y de ahí yo dije que sí, entonces sin pensarlo me quité la playera y se la di a Martín”, cuenta el niño.
Adolfo Rodríguez, papá del pequeño, explica que no dudó en desprenderse de su jersey nuevo: "Él traía aparte una del Manchester, negro con azul, lo cual no lo ponía en riesgo, porque son los colores del Querétaro”.
Sin embargo, todavía debían salir del estadio; en ese momento, la familia Rodríguez Gallegos tuvo otro gesto solidario con la pareja.
“Ellos mismos nos preguntan '¿dónde está su auto? ¿cómo vienen?’. Les dijimos que veníamos en auto, pero con todo este problema perdimos la noción del espacio y no supimos dónde estaba”, señala Martín.
Adolfo padre les sugirió quedarse con ellos para acompañarlos a la salida. Pero tuvieron que esperar y hacerse pasar como una familia queretana. Ahí ambos grupos se despidieron.
“Lo último que recuerdo fue a Martín que volteó en la parte de atrás y le dijo a Adolfo ‘gracias eres mi ángel, hoy eres mi héroe”, cuenta el papá.
Así escaparon de los hechos violentos en La Corregidora, que se volvieron noticia mundial. Pero entre las imágenes de la barbarie, también comenzó a difundirse otra historia:
Querétaro y Adolfo, virales en redes
Una vez pasada la pesadilla, Martín publicó en sus redes sociales el generoso acto de Adolfo y su familia, junto con una foto del jersey. Todo con la esperanza de encontrar a los Rodríguez Gallegos y devolverle la playera al pequeño.
Adolfo padre y Martín pudieron contactarse, pues en poco tiempo, la historia se hizo viral.
Tanto, que el siguiente lunes, al llegar al entrenamiento, Adolfo fue recibido entre aplausos por parte de sus compañeros del equipo de futbol con el que entrena en Juriquilla. Es admirador de Cristiano Ronaldo y quiere ser futbolista de grande.
Las felicitaciones también llegaron por redes sociales, por cientos. Para su madre, Teresa Gallegos, las reacciones de la gente, pueden ayudarlos a olvidar el horror que vivieron en el estadio:
“Con todos los comentarios y todos los deseos que le han hecho, que le borre a Adolfo esas imágenes que pudo haber visto... porque su papá lo tapaba y lo abrazaba para que no viera la gente cómo golpeaba”, asegura.
Martín y el pequeño Adolfo no se han visto desde entonces, pero ambas familias ya están organizando un reencuentro.
Para sorpresa de todos, el niño no aceptó que le devolvieran su playera: quiere que Martín se quede con ella “para que lo recuerde”.
“Esta playera para mí representa mucho, representa literal, el que me haya salvado la vida. No tengo palabras para agradecerle infinitamente el gesto que hizo por mí, por mi novia y creo que va mucho de la mano con la educación que ha tenido por parte de sus padres”, concluye Martín.
Por su parte, Adolfo padre afirma que como ciudadanos, tenían que ayudar a las personas que estaban indefensas: “así lo sentí, así me nació, creo que eso se lo estoy transmitiendo a mi hijo”.
