“Vamos a brindar por el ausente, que el año que viene esté presente”
Es una canción de Pastor López que encaja muy bien con los ausentes en la CELAC (Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños) que se está desarrollando en Buenos Aires, Argentina.
Pero a la gran fiesta faltaron dos: Nicolás Maduro de Venezuela y Daniel Ortega de Nicaragua.
Al primero le aterra salir de su guarida.
Tal vez muchos olvidaron que Estados Unidos investiga a Nicolás Maduro por narcotráfico y podrían capturarlo, pero a él no. Así que, alegando razones de seguridad mejor no se arriesga.
Al segundo tampoco le gusta mucho salir de su lugar seguro. Es sabido que Daniel Ortega tiene dos destinos predilectos: La Habana, Cuba, y Caracas, Venezuela; el resto del mundo se le hace poco.
Aunque no fue tan explícito del porqué no asistió al encuentro. ¿Miedo o compañerismo?
¡Qué gran amigo es Ortega!
Si Maduro, su compadre, no va a la CELAC, entonces él tampoco. Vaya muestra de solidaridad la que nos está enseñando. Se siente desprotegido sin papá.
Caso contrario el de otro dictador: Miguel Díaz Canel.
El cubano llegó a la tierra del tango a representar a su patria, pero no creo que baile. También es la tierra del asado y debe aprovechar para comer algo de carne, con eso de que en Cuba no hay.
Tampoco creo que solo el pueblo cubano esté pasando hambre, quiero suponer que sus líderes también. En tierra socialista, todos son iguales… ¿o no?
Estos personajes fueron rechazados por la oposición argentina, el argumento es que sienten vergüenza de que Buenos Aires se asocie con otros lugares en donde hay persecución, tortura, narcoterrorismo, presos políticos y elecciones fraudulentas.
Dicho de una forma más simple: no les gusta que ese trío se burle de la democracia. Entonces, menos mal que solo fue uno de tres. ¡Para que no les dé el patatús!
