Cuando empezó la pandemia los planes de Calixto se vinieron al suelo. La estética en donde trabajaba bajó la cortina y de un día para otro se quedó sin empleo y con muchos pagos por hacer. Precavido como pocos, tenía su guardadito y decidió invertirlo en un negocio: una combi destartalada que convertiría en una peluquería móvil.
Por supuesto que todo mundo se burló de él. Le dijeron que estaba loco, que eso era imposible y que nadie iría a cortarse el pelo dentro de aquel vejestorio.
Lo que pocos imaginaron es que Calixto llevaría a cabo todos sus planes. Después de tres largos meses de trabajo sin descanso inauguró la “Calixcombi”, una barbería sobre ruedas que empezó a circular en la Ciudad de México con un éxito inesperado.
Recuerdo que aquel jueves llegamos crudísimos a la entrevista, ya que una noche antes nos habían invitado a MYST y salimos pasada la media noche. Aun así, acompañado del equipo élite de FIA, integrado por Ricardo Ruiz, Esteban Sánchez y Vianney Rodríguez, realicé un recorrido en la combi-peluquería.
Combi-peluquería o Calixcombi, asi inició este negocio
La combi tiene espacio limitado pero muy bien distribuido. El techo se expande y eso genera una sensación de amplitud.
Todo lo tiene perfectamente ordenado sobre estantes de madera con las herramientas que requiere un negocio de barbería, desde tijeras, navajas y rociadores, hasta repisas con talco, peines y cepillos. Incluso tiene una pantalla de televisión sujetada en la parte trasera para entretener a los clientes.
Calixto es un optimista. Asegura que la gente se acercó a cortarse el pelo porque la Calixcombi llega a domicilio y eso evita que las personas salgan de su casa con el temor a contagiarse.
Activó sus redes sociales y poco a poco empezó a llenar la agenda de la peluquería con exigentes clientes que hasta la fecha se han convertido en usuarios recurrentes. Además, contrató los servicios de banca digital para que le pudieran pagar con tarjeta de crédito.

Calixto habla con soltura de finanzas y de sus deseos de expansión con tres “Calixcombis” más, para atender la demanda de esta peluquería que no deja de crecer desde la pandemia. Además “estamos donando parte de las ganancias a la gente necesitada en el parque de los Venados, porque todos la hemos pasado muy mal y esa gente no tiene que comer”.
Le pregunto si estudió economía y suelta la carcajada.
- ¿Economía? Naaa, yo terminé la prepa. - Me dice orgulloso mientras tijeretea rápidamente el pelo de uno de sus clientes.
No, no es un peluquero cualquiera. Calixto nunca se desanimó cuando todos le dijeron que su sueño sería un fracaso. Él creyó en su proyecto y lo hizo realidad. Si crees que puedes… ¡Estás en lo correcto! Pero si crees que no puedes, también estás en lo correcto. Todo está en la mente. Así de sencillo.
