Para salvar a los loros cabeza amarilla de la extinción, mujeres de Michoacán se separan de ellos
12 amas de casa decidieron liberar a sus loros cabeza amarilla para salvar a la especie que se encuentra en peligro de extinción. Así fue como los liberaron.
En un acto de altruismo y conciencia ambiental, 12 amas de casa de la comunidad La Parota de Cuevas, en Arteaga, Michoacán, decidieron voluntariamente entregar a sus loros cabeza amarilla a biólogos de la UNAM y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. Esta especie, conocida por su simpatía y capacidad para imitar palabras, se encuentra en peligro de extinción , con menos de 4,700 ejemplares registrados en México.
Una decisión difícil, pero que vale oro
La decisión no fue fácil para estas mujeres, quienes consideraban a los loros como parte de su familia. Fabiola Cuevas expresó: “Sí me duele mucho, porque pues yo lo quiero, es de parte de la casa de nosotros. Sé que la separación va a ser difícil, pero poco a poco...”
Los biólogos señalaron que el tráfico ilegal es una de las principales amenazas para esta especie. Ricardo Baxin, biólogo de la UNAM, comentó: “Es una de las especies que más ha sufrido de tráfico ilegal por la capacidad que tiene para repetir palabras”. Se estima que el 70% de los loros saqueados por traficantes mueren durante el traslado.
Además del tráfico ilegal, la destrucción de su hábitat natural contribuye a la disminución de la población de loros en México. Hugo Zepeda, director de la Reserva de la Biosfera Zicuirán-Infiernillo, explicó: “La otra razón por la que están desapareciendo es por la destrucción de su hábitat. La gente hace desmontes y en esos desmontes se lleva a los árboles donde ellos anidan”.
¿Tener un loro cabeza amarilla es un delito federal?
Es importante destacar que poseer un loro cabeza amarilla u otras especies protegidas está considerado un delito federal en México, con penas de prisión que van de uno a nueve años. Sin embargo, las amas de casa de La Parota de Cuevas actuaron por convicción, entendiendo que su amor por estos animales debía traducirse en acciones que favorecieran su conservación.
María Guadalupe Cuevas, otra residente, compartió: “Lo quiero muchísimo al lorito. Pero por lo que lo quiero, lo quiero ver libre”.
Este gesto ejemplar resalta la importancia de la educación ambiental y la colaboración comunitaria en la protección de especies en peligro. Los biólogos ahora se enfocan en rehabilitar a estos loros para su eventual liberación en su hábitat natural, asegurando su supervivencia y contribuyendo a la biodiversidad de la región.
Para contribuir a la conservación de estas especies, es fundamental evitar la compra y posesión de loros y otras aves silvestres como mascotas, apoyando así esfuerzos que buscan preservar la fauna mexicana.