Muchas mujeres de Kabul, la capital de Afganistán, se resisten a órdenes sobre cubrirse totalmente el rostro en público, desafiando las órdenes de los gobernantes talibanes, mientras que otras se quedan en casa y algunas llevan cubrebocas por la contingencia sanitaria de Covid-19.
Los talibanes, que volvieron al poder en Afganistán cuando el gobierno se derrumbó, ordenaron a las mujeres que se cubran la cara en público, lo que supone una vuelta a su anterior régimen de línea dura y una escalada de las restricciones impuestas a las niñas y las mujeres que está provocando la ira en el país y en el extranjero.
Las consecuencias de la desobediencia se dirigen al familiar masculino más cercano de la mujer, y van desde una advertencia hasta el encarcelamiento.
Their burqa order DOES NOT
— afghanwomenstrong (@afghanwomenstr1) May 11, 2022
represent Islam. This is an example of their draconian ideologies stemming from a cultural desire for male dominance. #afghanwomenstrong #Afghanistan #AfghanWomenAbandoned #afghanwomen #kabul pic.twitter.com/E5AZPWN4eN
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas discutirá orden de los Talibanes
Ante la situación, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reunirá (el jueves 12 de mayo de 2022), para discutir la orden, mientras que Estados Unidos señala que aumentará la presión sobre el gobierno talibán.
Aún no está claro si algún hombre se había enfrentado ya a las consecuencias por la resistencia de las mujeres, además de que los talibanes señalaron que primero se centrarían en “fomentar” la adhesión.
En Kabul, una de las zonas más liberales de Afganistán, había indicios de que las mujeres estaban haciendo frente a la situación. Esta semana hubo al menos dos protestas, en donde las manifestantes criticaron los crecientes intentos de limitar a las mujeres de la vida pública.
نصیر احمد فایق، سرپرست نماینده دایمی #افغانستان در سازمان ملل متحد میگوید که قرار است اعضای شورای امنیت فردا در نشست ویژه در مورد افغانستان در مورد حجاب زنان، حقوق بشر و مکاتب دخترانه بحث کنند.#Afghanistan #UN #HumanRights #AfghanWomen pic.twitter.com/7l3XNHLTQy
— Muska Bahar (@bahar_muska) May 11, 2022
Queremos que se nos reconozca como criaturas vivas, queremos que se nos reconozca como seres humanos, no como esclavas encarceladas en un rincón de la casa.
Un vendedor de burkas en Kabul señala que, en los días posteriores al anuncio, los precios de sus productos subieron cerca de un 30 por ciento, pero que desde entonces habían vuelto a situarse en torno a los mil 300 afganis (Unos 300 pesos) al no haber aumentado la demanda.
La mayoría de las mujeres prefiere comprar un hiyab, no un burka. La burka es buena según los talibanes, pero es la última opción de las mujeres.
La agencia Reuters habló con dos doctoras y una profesora, (los pocos trabajos formales que aún están disponibles para las mujeres), que dijeron que cubrirse la cara y llevar prendas sueltas interferiría con su trabajo.
“Somos médicos, hacemos operaciones y tenemos que lavarnos las manos hasta los codos” señaló una de las entrevistadas quien se negó a ser identificada por razones de seguridad.
Fuera de la capital de Afganistán hubo algunos indicios de que el anuncio de los talibanes estaba alimentando una supervisión más estricta de la vestimenta de las mujeres .
Otra doctora, del sureste de Afganistán, señaló que los funcionarios talibanes le habían dicho que no atendiera a las pacientes que no tuvieran un acompañante masculino y no estuvieran totalmente cubiertas.
Una estudiante universitaria del norte de Afganistán declaró que desde el pasado fin de semana, los funcionarios de la universidad se habían vuelto mucho más estrictos en cuanto al código de vestimenta, diciéndole que su colorido pañuelo en la cabeza era inaceptable y que debía vestirse de negro.
Many Afghan women pushing back against Taliban orders to cover up https://t.co/88lROlfUOh pic.twitter.com/4s5GW9beQV
— Reuters (@Reuters) May 11, 2022