Los equipos de rescate sacaron el domingo a más supervivientes de entre los escombros, casi una semana después de uno de los peores terremotos que han sacudido Turquía y Siria, mientras las autoridades turcas trataban de mantener el orden en la zona de la catástrofe e iniciaban acciones legales por los derrumbes de edificios.
A medida que las posibilidades de hallar más supervivientes disminuían, el número de víctimas en ambos países por el terremoto del lunes y sus principales réplicas superaba las 33,000 y parecía que seguiría creciendo. Solo en Turquía ya se reportan 29,695 muertos además de unas 80,000 personas hospitalizadas y más de un millón en refugios temporales. En siria se reportan más de 3,500 muertos.
Más de seis días después del primer terremoto, los trabajadores de emergencia seguían encontrando a un puñado de personas aferrándose a la vida entre los escombros de casas que se habían convertido en tumbas para muchos miles de personas.
Ha sido el terremoto más mortífero en Turquía desde 1939.
On Saturday, the Rescue Team of Ramunion received a call from Iskenderun, #Türkiye, around 9 am local time, reporting voices coming from the rubble of a collapsed building. We quickly gathered all team members and rushed to the site within 5 minutes. #rescue #Turkey pic.twitter.com/eKR9vMYHRm
— Voice of the People (@VoiceofPD) February 13, 2023
A una semana del terremoto
Los residentes desplazados en la ciudad turca de Kahramanmaras, cerca del epicentro, dijeron que habían instalado tiendas de campaña lo más cerca posible de sus casas dañadas o destruidas para evitar que fueran saqueadas.
El presidente Tayyip Erdogan, cuestionado por su respuesta al terremoto mientras se prepara para unas elecciones nacionales que se prevén las más duras de sus dos décadas en el poder, prometió iniciar la reconstrucción en cuestión de semanas.
En Siria, el terremoto golpeó con más fuerza en el noroeste, controlado por los rebeldes, dejando sin hogar una vez más a muchas personas que ya habían sido desplazadas varias veces por una guerra civil que se ha prolongado por una década. La región ha recibido poca ayuda en comparación con las zonas controladas por el gobierno.
“Hasta ahora hemos fallado a la gente del noroeste de Siria”, tuiteó el jefe de ayuda de Naciones Unidas, Martin Griffiths, desde la frontera entre Turquía y Siria, donde sólo hay un paso abierto para los suministros de ayuda de la ONU.