El mundo del cine está de luto tras la partida de David Lynch, uno de los directores más influyentes y originales de su generación. F amoso por sus obras cargadas de simbolismo y atmósferas oníricas, Lynch dejó una huella imborrable en la historia del cine.
“Hay un gran agujero en el mundo ahora que él ya no está con nosotros, pero como él diría: ’Mantén la vista en el donut y no en el agujero’”, se lee en una publicación en Facebook donde se dio a conocer sobre el fallecimiento de Lynch.
Películas como “Eraserhead”, “Blue Velvet”, “Duna” (1984) y “Mulholland Drive” lo convirtieron en un referente del cine independiente y experimental. Sus narrativas laberínticas, llenas de misterio y ambigüedad, desafiaron los convencionalismos del cine comercial y cautivaron a millones de espectadores en todo el mundo.
Además de su destacada carrera como director, Lynch también fue reconocido por su talento como pintor y músico. Su obra artística, al igual que su cine, se caracterizaba por su carácter surrealista y su exploración de los aspectos más profundos de la condición humana.
La familia de David Lynch no ha detallado las causas exactas de su fallecimiento. Sin embargo, se sabe que el director sufría de enfisema pulmonar, una enfermedad respiratoria crónica relacionada con el tabaquismo. Esta condición, que se agravó en los últimos meses, podría haber influido en su estado de salud y limitado su capacidad para trabajar.