Los millennials, una generación caracterizada por cargar con herencias de sus predecesoras, ahora se enfrenta a una nueva situación: sus propios hijos.
Los que nacieron entre 1980 y 1995, conocidos popularmente como millennials, no sólo han percibido un aumento en cuanto a sus responsabilidades sociales, personales y laborales, sino que también han incrementado su consumo de alcohol, algo que especialistas relacionan directamente con la crianza de sus hijos.
Un estudio de la cervecera estadounidense Constellation Brands señala que en 2013, los millennials consumían un promedio de 24 cervezas al mes, pero en una actualización, realizada a principios de año, los millennials señalaron que ahora consumen un promedio de 29 bebidas al mes.
David Klein, presidente de la compañía, señaló que este incremento en el consumo de alcohol de esta bebida en este sector de la población podría estar relacionado con la crianza de sus hijos.
“Creo que esa es justo la respuesta. Y ahora sólo podemos pensar eso: ¿veremos lo mismo cuando la generación Z (1995-2010) llegue a esta edad? ¿la vida será igual de estresante para ellos y por ello beberán un poco más? Aún es muy temprano para averiguarlo, pero definitivamente ese fenómeno está presente en los millennials”, declaró el directivo.
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ALCOHOLISMO A LA ALZA
La afirmación de Klein cuenta con un respaldo, pues en Estados Unidos, estudios han revelado que cada vez son más frecuentes los casos de padres y madres que luchan contra el alcoholismo.
Entre 2002 y 2013, el número de mujeres madres que consumían más de cuatro cervezas o vasos de otro licor era del 60 por ciento, de acuerdo con registros de pacientes con problemas con el alcohol, mientras que en 2020 este número alcanzó el 84 por ciento, según datos del Servicio Nacional de Epidemiología, Alcoholismo y Condiciones Relacionadas.
Expertos señalan que las bases de esta problemática pueden encontrarse en las nuevas costumbres de la cultura pop, en las que está normalizado consumir una copa de vino después de cumplir con las obligaciones maternales y paternales. Estudios señalan que los padres inician con una copa de vino y poco a poco van subiendo la cantidad.
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