Migrantes en la zona de La Merced viven con la esperanza de recibir comida en iglesia en CDMX
Migrantes que viven en la zona cerca de La Merced acuden temprano a la Iglesia de la Soledad para congregarse y recibir un poco de comida en este recinto.
No son ni las ocho de la mañana y a las afueras de la Iglesia de la Soledad, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, ya se congregan. Como feligresía fiel en busca de absolución, migrantes asentados en cercanías de zona de La Merced buscan alimento y esperanza en este recinto.
Israel viene de Venezuela, es el único de la familia que espera todavía en nuestro país la cita con las autoridades de Estados Unidos para cruzar del otro lado donde está su familia.
Cocineras hacen malabares ante inflación para preparar comida
Ya en el recinto, dentro de la cocina donde varias voluntarias aprietan el paso. Una de ellas es Rosario, quien cuenta que iniciaron con 12 personas personas sin techo, pero estas fueron aumentando y dice, se sorprendieron con la llegada de los inmigrantes.
Hoy habrá arroz y atún. Las verduras están muy caras y tienen que hacer malabares para darle la vuelta a la inflación, que no solo castiga a los hogares de México, sino a organizaciones que benefician, con comida, a los que más sufren en tiempos de crisis.
—¿Cómo le están haciendo cuando todo está en los cielos, los precios?
Nos vamos con papas. Guisamos papas, ya sean fritas, papas con jitomate. Esto es lo que procuramos que no nos falte.
“Somos seres humanos que tenemos necesidad y que podemos apoyar": pastor
Claudia Torres, voluntaria, cuenta que “el objetivo del comedor infantil es que nosotros seamos testigos que los niños se están comiendo”. La mujer recordó que aquí “llegó una mamá haitiana con un bebé todo deshidratado, parecía marioneta el bebé, o sea, una cosa que nos dejó muy impactados” y “al poco rato nos llegó otra mamá, de ahí dijo al padre, a ver, vamos a modificar, vamos a hacer un comedor especial para niños, el comedor infantil”.
El padre Benito es el corazón detrás de este esfuerzo. “Hace 10 años iniciamos esta labor con personas situación de calle, posteriormente fuimos ayudando a más población, hoy pues como otros días les damos de desayunar a nuestros hermanos migrantes y bueno pues también la iglesia se ha vuelto albergue en ciertos momentos”.
Varias congregaciones se han sumado. No importa de qué cruce a la iglesia, ayudan, porque para eso no hay idioma. “No importa el Dios o cómo le llamas, o cómo se llama tu iglesia, somos seres humanos (…) lo que importa es que somos seres humanos que tenemos necesidad y que podemos apoyar”, dice Moisés Pérez, pastor de la Iglesia Luterana Mexicana.
A decir de él, ante el aumento de los precios para preparar alimentos, la situación se complica “y pues ya no alcanza como la primera vez que venimos”.
Voluntarios rezan para que alimentos alcancen
Se disponen mesas, raciones y se reza para que alcance. “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, pidiendo a Dios que estos alimentos se multipliquen para que todos alcancen”, pide una voluntaria en la Iglesia de la Soledad.
La prioridad son las madres y los niños. Para calmar el ansia, entonan cantos y ellos sonríen. Parece especial este momento. Banderazo de salida, comida, despensas, pero desgraciadamente no alcanzó para todos.
Hubo arroz, lo permite el alza en precios, pero el atún ese no rindió, la nueva realidad que también tiene el bolsillo apretado, no nada más de los mexicanos, también de las organizaciones que ayudan a mexicanos y extranjeros.
En el patio trasero se dan consultas y asesorías. Fernando, abogado, cuenta que a los migrantes “los procesos que más les importan son el reconocimiento de la condición de refugiado aquí en México y también asesoría de la aplicación CBP One”
“Algunos de ellos vienen como perseguidos, otros por motivos económicos. Es muy diferenciado. Desafortunadamente, también hemos escuchado muchas historias que no nos han dejado en muy buena imagen y también de las deficiencias de los órganos estatales, gubernamentales, en todos los niveles de gobierno”, comenta.
