Malinche, llegó la hora de reivindicarla

Lo que Malinche vivió, la obligó más a actuar por sobrevivir, que por el mero hecho de traicionar a quienes en un principio la traicionaron.

Escrito por: Fernanda Ortega

¿Qué es lo que pasa con Malinche?
¿Qué es lo que pasa con Malinche?|FIA.

Si hay alguien en la historia de México que ha sufrido señalamientos por siglos, es Malinche. Por años, libros, maestros y medios se han encargado de cultivar en el imaginario mexicano que esta mujer ha sido la culpable de la invasión de los españoles a la gran Tenochtitlán, hecho que abona a la narrativa victimista de los de la época de la mal llamada Conquista.

Ya es tiempo de caer en cuenta que la historia en la vida real no es como la historia de las novelas o las películas de superhéroes. En la vida real, no hay solo de dos sopas; la gente no es muy, muy buena, o muy, muy mala. La humanidad toca los grises, y son las circunstancias y el instinto de supervivencia lo que nos va poniendo a prueba el carácter.

Malinalli, después llamada Malinche, nació cerca de Coatzacoalcos a mediados de la primera década del 1500. Desde muy joven, sufrió la muerte de su padre, cacique de Paila, y poco después, fue vendida como esclava a traficantes de Xicalango, región de la actual Campeche, quienes a su vez la vendieron a personas de Tabasco.

Más allá de la traición: Malinche y su papel en la transformación de México

En este inter, Malinche agregó el maya chontal al náhuatl y popoluca como las lenguas que hablaba, habilidades que más adelante le sirvieron en su encuentro con Hernán Cortés.

Tras ser esclava, fue ofrecida como moneda de cambio a la llegada de los españoles en 1519, y Cortés la dio a su lugarteniente Alonso Hernández Portocarrero, quien meses después fue enviado a España, por lo que Cortés la tomó como su mujer, aunque desde antes ya era su intérprete.

¿Cómo podría reaccionar alguien que ha sido tratada meramente como mercancía?, ¿alguien que de un momento a otro llegó a un grupo de hombres con costumbres, idioma y hábitos totalmente diferentes a los suyos? Lo que Malinche vivió, la obligó más a actuar por sobrevivir, que por el mero hecho de traicionar a quienes en un principio la traicionaron.

Además, ¿qué no maldecir a Malinche sería maldecir nuestras propias raíces? Si bien, antes de la llegada de Cortés ya había algunos indicios de mestizaje en las costas de la Península de Yucatán por parte del mismo ejército español y los mayas de la zona, lo cierto es que por la carga simbólica, Malinche y Hernán son considerados los iniciadores de esta extraordinaria mezcla que hoy en día nos tiene a usted leyendo esto y a mí, escribiéndolo.

Astutamente, Malinche supo sortear las costumbres retrógradas de la época y ser el puente entre dos mundos diferentes, aunque seguramente jamás imaginó que 500 años después seguiríamos viviendo de la serie de decisiones que tuvo que tomar.

El no conocer las distintas versiones de la historia, los diferentes matices y solo polarizar, nos ha hecho caer en el ánimo del resentimiento y en un victimismo que nos ha estancado y agachado a merced de otros territorios. El México siempre denigrado es responsabilidad nuestra, pero al tener una visión más clara del origen de nuestros días, podemos terminar con ello.

Ya es hora de reivindicar a Malinche, no desde la mirada de la perfección, sino desde la humana, en la que si alguno de nosotros hubiera ocupado su lugar hace cinco siglos, ¿no habría actuado de la misma manera?

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