Puede juzgarse el grado de civilización de un pueblo por la posición social de la mujer.
- Domingo Sarmiento
Mientras en Occidente hablar de la “policía de la moral” es una ironía crítica a la hipocresía social, en Medio Oriente es un cuerpo policiaco iraní, llamado Gasht-e Ershad, encargado de velar por el cumplimiento de la ley islámica (Sharia).
La Sharia dicta el comportamiento público y privado de los musulmanes, incluyendo cómo deben portar el hiyab o velo femenino -encargado de cubrir el pelo-.
Si bien desde el Corán ya se habla de la actitud que deben tener las mujeres: humildad, decencia y pudor, el hiyab no era de uso forzoso, pero fue tras la Revolución Islámica de 1979, que se decretó como obligatorio.
Una novela real
Nazin Hozar retrató esta y otras peculiaridades violentas, dirigidas hacia las mujeres en su libro, “La historia de Aria”.
Un relato situado entre las décadas de los 50 y 80, donde el reflejo de seres humanos de segunda es la norma y la autora lo dibuja detalladamente, desde la “inconveniencia” que resulta ser mujer en Irán, pasando por cambios de régimen que terminan por oprimirlas más y finalmente sobrevivir sin derechos en una sociedad iracunda y machista.
La realidad actual
Mientras celebrábamos en México el desfile militar, el 16 de septiembre, en Irán era declarada muerta por un paro cardiaco, Mahsa Amini , de 22 años. Luego de ser detenida durante tres días por la Gasht-e Ershad, debido a que traía “mal puesto” el hiyab.
No obstante, la organización independiente de derechos humanos, Hengaw, señaló que Mahsa había sido torturada por el cuerpo policiaco.
El cambio inminente
Tras la noticia del fallecimiento, comenzaron las protestas contra la policía de la moral iraní, conformada por hombres y mujeres unidos a una sola voz exigiendo “Mujeres, vida y libertad”, acompañados de fogatas y la desafiante quema pública de hiyabs.
Las manifestaciones se han replicado en Berlín y retumban en el mundo entero gracias a las redes sociales, consiguiendo la indignación de Occidente y una creciente presión mediática sobre Irán, a tal grado que las autoridades de aquel país, decidieron bloquear Instagram, así como una gran cantidad de sitios web en internet.
El poder impera
Pero lejos de mostrar una cara más amable y condolida con el fallecimiento de Mahsa Amini, la actitud legalista se recrudece y es que el pasado 22 de septiembre el presidente de Irán canceló una entrevista a CNN, alegando que la periodista Christiane Ampour se negó a cubrirse el pelo con un pañuelo.
El cambio preponderante
La indignación en Irán es la gran evidencia de mentes renovadas que apelan a la vida y a la justicia, y que si bien respetan las leyes de su país, ya no están dispuestos a seguir soportando opresiones ilegales que les recuerden la esclavitud del régimen al que pertenecen.
La cuenta regresiva ha comenzado en Irán, y a pesar de la represión policiaca, se encendió la llama social que reclama justicia y libertad, y solo se podrá acallar cuando la puedan instaurar.