Con lavaderos comunitarios, así es como Iztapalapa lucha por el agua en el corazón de la CDMX

La CDMX sufre un grave problema de escasez de agua por la crisis en el Sistema Cutzamala desde hace meses; los lavaderos comunitarios en Iztapalapa sirven.

Por: Rubén Mendoza y Ollinka Méndez

Desde lo alto del Cerro de la Estrella, la señora Edilia, de 70 años, emprende un viaje cada tercer día. Su destino: los lavaderos comunitarios del Barrio de San Pedro, en el corazón de Iztapalapa en la CDMX .

No es un viaje casual. Es una lucha por la supervivencia. Edilia es una de las miles de personas afectadas por la escasez de agua en el Valle de México. En su casa, el agua no llega con regularidad, y cuando lo hace, es solo por unas pocas horas.

Como ella, miles de habitantes de Iztapalapa se ven obligados a acudir a los lavaderos comunitarios para lavar su ropa, trastes y hasta para llenar cubetas y llevarse un poco de agua a sus hogares.

Lavaderos para cuidar el agua

En estos lavaderos, el agua se convierte en un tesoro invaluable. Mujeres, hombres e incluso niños se dan cita para lavar lo que necesitan, mientras comparten historias de lucha y esperanza.

María Francisca, otra habitante de Iztapalapa, no tiene agua en su casa. “Por eso vengo para acá", dice mientras lava la ropa de su esposo y su nieta.

La mayoría de quienes acuden a estos lugares son mujeres, pero también hay hombres que se suman a la tarea, conscientes de la importancia de mantener la higiene en un contexto de escasez.

Los lavaderos comunitarios no solo son un espacio para lavar, sino también para conversar, compartir experiencias y buscar soluciones ante la falta de agua.

"¿Incómodo estar viniendo hasta acá? Pues sí, pero qué le va uno a hacer. Hay que lavar la ropa y eso porque si no después es más pesado dejarla juntar”, dice Bernarda, otra de las personas que se ve obligada a usar estos espacios.

Lavaderos comunitarios: Símbolos de lucha

Los lavaderos comunitarios se han convertido en un símbolo de la lucha por el agua en Iztapalapa. Un oasis en medio de la escasez, donde la comunidad se une para enfrentar un problema que afecta a miles de personas.

La historia de Edilia, María Francisca, Bernarda y tantos otros habitantes de Iztapalapa es un llamado a la acción. Un grito que exige soluciones a la crisis del agua que azota a la Ciudad de México.

Es hora de que las autoridades tomen medidas contundentes para garantizar el acceso al agua potable para todas las personas, sin importar su condición social o el lugar donde viven. El agua es un derecho humano fundamental, y no un lujo.

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