México está sumido en una crisis de violencia que parece no tener fin. En las últimas semanas, el país ha sido testigo de nuevos hallazgos desgarradores, del máximo nivel de crueldad y que, lamentablemente, son una constante en los últimos años. Se trata de fosas clandestinas, crematorios ocultos y ahora centros de exterminio operados por el crimen organizado.
Todos y cada uno de ellos, que increíblemente superan las 5 mil fosas registradas desde el 2006, según la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), reflejan la persistencia de la inseguridad y la brutalidad de las organizaciones criminales. Estos descubrimientos no solo revelan la magnitud del problema, sino también la lenta respuesta de las autoridades para abordarlo.
¿Cuáles son las últimas fosas, crematorios o campos de exterminio encontrados en México?
A continuación, se presentan algunos de los hallazgos más significativos que han conmocionado a México, pues es fundamental evidenciar que lo que se encontró en Teuchitlán, Jalisco, no es del todo nuevo.
- Reynosa, Tamaulipas: En este municipio fronterizo, se encontraron 14 fosas clandestinas en un terreno cercano a una carretera que conduce a Monterrey. El colectivo Amor por los Desaparecidos informó sobre la localización de restos humanos calcinados, junto con indicios de violencia extrema y objetos personales. Además, se descubrió un crematorio clandestino en la colonia La Retama, lo que sugiere la reutilización de estos sitios por parte de grupos criminales. Este hallazgo ha generado preocupación sobre la posible participación de organizaciones delictivas en la región.
- Teuchitlán, Jalisco: En este municipio, un colectivo de búsqueda de desaparecidos encontró crematorios clandestinos, restos óseos calcinados y triturados, así como cientos de zapatos y prendas de vestir, en un rancho atribuido al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Este hallazgo ha sido particularmente impactante debido a la evidencia de que el sitio fue utilizado para el entrenamiento y exterminio de personas. Aunque no se ha confirmado oficialmente otro centro de exterminio en Jalisco, además del de Teuchitlán, la región ha sido históricamente un foco de violencia y de decenas de fosas clandestinas.
Indira compartió el testimonio de una sobreviviente que pasó tres años en este lugar.
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) March 11, 2025
Si los criminales escuchaban llorar a las víctimas, las arrojaban a unas "puerqueras", donde había cerdos comiendo. https://t.co/DoUTsKhGD9 pic.twitter.com/hoteBvw52t
- Casas Grandes, Chihuahua: En las primeras semanas del año, se hallaron alrededor de 40 fosas clandestinas en este municipio. La localización de estos sitios ha sido un esfuerzo conjunto entre las autoridades y colectivos de búsqueda, quienes han trabajado incansablemente para identificar a las víctimas y brindar justicia a sus familias.
- Río Verde, San Luis Potosí: Se encontraron 16 fosas clandestinas en esta región, lo que ha generado una gran preocupación entre la comunidad local. La falta de información oficial sobre los responsables y las circunstancias de estos hallazgos ha aumentado la incertidumbre y el miedo en la zona.
- Xochimilco, Ciudad de México: En esta alcaldía de la CDMX se encontró una fosa clandestina, lo que ha puesto de relieve que la violencia no se limita a las zonas fronterizas o rurales, sino que también afecta a áreas urbanas.
- Tlajomulco, Jalisco: En el jardín de una casa, miembros del mismo colectivo que destapó el terror de Teuchitlán, se descubrió una fosa clandestina con al menos 20 cuerpos, posiblemente hasta 40. Este hallazgo ha sido uno de los más impactantes en la región, ya que sugiere que la violencia puede estar más cerca de lo que se pensaba.
México enfrenta una crisis de desapariciones que suma más de 120,000 casos desde la década de 1960. La falta de actualizaciones oficiales sobre las estadísticas de fosas clandestinas ha generado una sensación de oscuridad y desconfianza hacia las autoridades. Los colectivos de búsqueda de desaparecidos han sido fundamentales en la localización de estos sitios, pero la lentitud de las fiscalías para procesar y responder a estos hallazgos es un obstáculo significativo.