La reciente muerte de seis migrantes en un enfrentamiento en Chiapas ha puesto de manifiesto un fenómeno migratorio que se extiende más allá de las fronteras tradicionales.
Este nuevo éxodo no solo involucra a personas de América Latina, sino que también incluye a migrantes provenientes de regiones tan distantes como Pakistán, Egipto, Nepal e India.
Rutas migratorias y redes criminales
El viaje comienza en Europa, donde muchos migrantes viajan inicialmente como turistas a países de Sudamérica como Ecuador o Colombia. Sin embargo, una vez allí, se encuentran atrapados en una red de tráfico humano que opera con impunidad.
En redes sociales, se ofrecen rutas peligrosas desde Panamá hacia Estados Unidos, con precios que oscilan entre 10,000 y 30,000 dólares, dependiendo de la nacionalidad del migrante.
Un ejemplo impactante es el relato de Roberto Muñoz, un migrante venezolano que atravesó la selva del Darién. En su travesía, se encontró con otros migrantes de diversas nacionalidades, pero enfrentó la barrera del idioma y la falta de comunicación. “De todo, chino, palestino, haitiano... había chinos como le digo, haitianos”, comenta Muñoz, reflejando la diversidad del nuevo éxodo.
#Chiapas: el trayecto más peligroso para los que buscan un mejor futuro.
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) October 4, 2024
La frontera sur de México se ha transformado en un importante punto de acceso para los traficantes de #migrantes@pedrogerardo26 con la información en #Hechos pic.twitter.com/svL4k83RhH
La ruta de los migrantes
Los migrantes se concentran en Panamá antes de continuar su viaje por diversas rutas. Aquellos con menos recursos suelen viajar por carretera a través de Costa Rica, Nicaragua y Honduras hasta llegar a la frontera sur de México. Este tramo es especialmente complicado y peligroso; muchos migrantes deben pagar nuevamente para avanzar. “Algunos pagan... diez mil pesos”, dice un migrante sobre los costos para trasladarse entre localidades cercanas.
Por otro lado, aquellos que provienen de continentes lejanos suelen pagar tarifas más altas y son transportados por rutas alternativas en camiones o incluso lanchas por el mar. Esta situación ha llevado a un aumento en los riesgos asociados con el viaje. Daniel, un activista que ha escuchado las historias de otros migrantes, advierte sobre los peligros específicos: “No vayan por Motozintla, ahí los van a agarrar y los van a meter al grupo de narcos”.