Hoy en día, las Islas Marías son un archipiélago paradisiaco, que se encuentra sumergido entre aguas cristalinas y playas de arena blanca. Un lugar que, a simple vista, emana paz y tranquilidad; sin embargo, detrás de esta imagen se esconde una historia oscura, un pasado marcado por el rigor, el aislamiento y la desesperanza. Durante décadas, este terreno fue una colonia penal donde miles de hombres vivieron tras las rejas, enfrentando una realidad cruda e implacable, ¿cómo eran sus días?
La historías detrás de las Islas Marías: de prisión a complejo turístico
A lo largo de su historia, las Islas Marías albergaron a miles de reos, al ser unas de las cárceles más emblemáticas de México. La prisión se caracterizaba por su aislamiento, estrictas reglas y condiciones de vida precarias, ya que su ubicación, a 113 kilómetros de las costas de Nayarit, ofrecía un apartamiento natural ideal para confinar a los prisioneros, alejándolos de la sociedad y dificultando las fugas, lo que a su vez facilitaba el control y la vigilancia de la población carcelaria.
La creación de una colonia penal en las Islas Marías comenzó en 1905, por decreto del presidente Porfirio Díaz. Una de las razones principales para elegir el archipiélago era la mano de obra barata, porque se presentaba como un potencial económico sin explotar, con recursos naturales como la madera, el guano y la pesca. Al ver esta oportunidad, los reos eran empleados para desarrollar actividades agrícolas, de construcción, minería y extracción de recursos.
¿Por qué cerraron las Islas Marías? El decreto que lo cambió todo
El cierre definitivo de la colonia penal se dio el 25 de julio de 2019 gracias al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien firmó el Decreto por el que se abroga el Estatuto de las I slas Marías , publicado en el Diario Oficial de la Federación el 30 de diciembre de 1939.
Las razones que impulsaron el cierre de las Islas Marías como prisión eran diversas y complejas. Entre ellas se encuentran:
- Modelo penitenciario obsoleto, pues no solo era ineficaz para la rehabilitación de los internos, sino que también vulneraba gravemente sus derechos humanos.
- Condiciones precarias, la infraestructura de la colonia penal era rudimentaria y deficiente, con carencias en servicios básicos como agua potable, atención médica y saneamiento.
- Violaciones a los derechos humanos, que incluían el maltrato físico y psicológico.
- Alto costo operativo, el traslado de personal y suministros a las islas, sumado a las precarias condiciones de la infraestructura, le costaba al Estado mexicano millones de pesos al año.
En la actualidad, la penitenciaría, que alguna vez albergó a un gran número de presos, se convirtió en un proyecto de turismo sostenible, que cuenta con villas para alojar huéspedes, restaurante, cafetería que ayudan a disfrutar de las playas del lugar.
En las #IslasMarías había diferentes tipos de cárceles, incluso para borrachos.
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) July 8, 2024
Estas son "Las borracheras", lugar donde encerraban a los reos que tenían algunas copas de más cuándo pasaban lista. @_otomartinez con la nota. pic.twitter.com/kC3hvIeYdW
