A sólo una semana de que en nuestro país se conmemore un aniversario más del Día de la Independencia de México , los mexicanos se preparan para recordar y celebrar el inicio del levantamiento de armas que convocó el cura, Miguel Hidalgo y Costilla, en el pueblo de Dolores Hidalgo, a través del repique de las campanas que hizo sonar el campanero de la parroquia, José Galván, durante la madrugada del 16 de septiembre, para luchar contra del dominio de los españoles. Una guerra que se ganó 11 años después, un 27 de septiembre de 1821, con la entrada triunfal del Ejército Trigarante, encabezado por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, a una jubilosa Ciudad de México.
Para recordar a los héroes que nos dieron patria y libertad, los mexicanos dan cátedra de festejo, pues en la mayoría de los hogares, se celebra con el toque característico que sólo un tricolor puede realizar.
En estas ‘Fiestas Patrias’, entre los platillos más emblemáticos se encuentran el pozole, un guiso de maíz nixtamalizado y carne; los chiles en nogada, que representan los colores de la bandera; y los tamales, que ofrecen diversas variedades.
También son populares el guacamole como acompañante y los esquites, un antojito de elote. En cuanto a las bebidas, no pueden faltar el tequila, símbolo nacional, y la Bandera, una mezcla de jugo de limón, tequila y sangrita. Además, el atole o champurrado, bebidas calientes a base de maíz, complementan la celebración.
Estos elementos enriquecen la cena y celebran la rica cultura mexicana en el Día de la Independencia; sin embargo, sabías que existe una historia macabra que parece sacada de una película de terror del origen del Pozole.
¿Cuál es la macabra historia de terror del origen del Pozole que debes conocer?
El pozole, un platillo emblemático de la gastronomía mexicana, tiene un origen que revela una historia oscura y fascinante. Su nombre proviene del náhuatl “pozolli”, que significa “espumoso”, y se elabora a base de maíz cacahuazintle, el cual se cocina hasta que los granos se abren, creando una apariencia similar a la espuma.
Este platillo era consumido desde tiempos prehispánicos, incluso por el emperador Moctezuma, como ofrenda al dios Xipe Tótec, asociado con la fertilidad y la guerra. Sin embargo, la historia del pozole no es solo un relato de tradición culinaria; también está marcada por la brutalidad de los sacrificios humanos.
Documentos de la época colonial indican que, en sus inicios, el pozole se preparaba con carne humana, proveniente de guerreros capturados en las llamadas “Guerras Floridas”. Este ritual no solo tenía un significado religioso, sino que también se consideraba un acto de fuerza y poder.
A medida que la cultura y la gastronomía evolucionaron, el pozole fue adaptándose. Tras la llegada de los españoles, la carne humana fue reemplazada por carne de cerdo, pollo o incluso Xoloitzcuintle, un perro nativo de México.