Arqueólogos del INAH acaban de descubrir un entierro prehispánico bajo el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT) de la UNAM, en la Ciudad de México. Todos los elementos señalan que se trata de una niña que perteneció a la nobleza de la ciudad y que posiblemente murió poco antes de la llegada de Hernán Cortés.
Descubren en #Tlatelolco un entierro infantil prehispánico; por las características de la ofrenda y el lugar de la inhumación, es muy probable que se trate de una niña de la nobleza tlatelolca, del periodo Azteca III Tardío (1400-1521 d.C.).
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) June 12, 2023
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El entierro, acompañado de una ofrenda, estaba ubicado en la cima de un antiguo templo prehispánico, perteneciente al Centro Ceremonial de Tlatelolco, ciudad aliada de los mexicas.
Por el análisis visual de los huesos que asoman a flor de tierra, se ha determinado que se trata de una niña: “Sabemos que es infante por el tamaño del cráneo y de las costillas, que son muy delgadas y muy pequeñas”, explica Arely Maldonado Luna, arqueóloga responsable de la excavación.
La osamenta es de una niña de la nobleza de Tlatelolco
Y añadió que no se trata de cualquier persona: “al tener tantos elementos asociados, podemos identificar incluso que fue como de la élite de Tlatelolco en la época prehispánica”.
Y es que la osamenta está acompañada de una ofrenda de piezas cerámicas y malacates, vinculados a actividades femeninas: “Hasta ahorita, lo que ha salido, son piezas muy bonitas y muy decoradas”, añadió la especialista.
Se calcula que el entierro de la niña noble data del siglo XV, perteneciente periodo al Azteca III Tardío (1400-1521 D.C.)
El hallazgo se realizó durante obras de exploración en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT) de la UNAM, para realizar estudios geotécnicos al edificio, que por muchos años fue sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores y que fuera construido por el famoso arquitecto Pedro Ramírez Vázquez.
Para dichos estudios, fueron excavados cinco pozos de dos metros cuadrados, en tres de los cuales se han localizado vestigios.
Tlatelolco, sobre el montículo de arena
Según Maldonado, el INAH espera extender la excavación para poder recuperar la osamenta completa, cuyo estado de conservación es frágil. También pretenden analizar los objetos cerámicos, para determinar qué contenían al momento del entierro.
Un estudio detallado de los huesos y de los elementos de la ofrenda, podría ayudar a los arqueólogos a obtener más datos sobre este misterioso personaje: cómo y cuándo murió, cuántos años tenía y sobre todo, quién era la niña noble de Tlatelolco.
Esta ciudad se ubicaba en un islote del lago de Texcoco al norte de Tenochtitlan. Fue sede del tianguis más grande e importante del México prehispánico, donde los clientes podían encontrar todo tipo de mercancías de la región y de los confines más apartados de Mesoamérica.
Su nombre procede del náhuatl, Xaltilolli, que significa “sobre el montículo de arena”, en referencia a su origen insular. Los vestigios arqueológicos de la zona corresponden al centro ceremonial prehispánico.
En la época colonial, fue sede del Colegio de la Santa Cruz de Santiago Tlatelolco, la primera escuela para indígenas nobles de la Nueva España.
