Hay fechas que definitivamente no se olvidan. Por ejemplo, el año en el que Venezuela viró a la izquierda: 1998.
Los que nacieron ese año, en el que Hugo Chávez llegó al poder, hoy tienen 25 años. No conocen la democracia, ni la transición de gobiernos.
Hablando de fechas, hay una grabada para siempre en la memoria de los venezolanos: 5 marzo de 2013. Ese día, a las 4:25 de la tarde el país conoció, a través de Nicolás Maduro, que el comandante Hugo Chávez había muerto.
El país se llenó de miedo e incertidumbre con la muerte de quien fue presidente por más de 13 años.
Han pasado 10 años desde ese día y el legado de Chávez sigue vivo. De hecho, ganaría otra vez las elecciones, ningún político vivo, ni chavista ni opositor, le hace sombra a su figura.
El comandante muerto tiene un 56 por ciento de valoración positiva frente a un 22 de su sucesor, Nicolás Maduro.
Hugo Chávez murió cuando su popularidad estaba en su punto máximo y su imagen quedó congelada en el tiempo, como si se tratara de Marilyn Monroe.
Para Maduro no ha sido fácil, pero sin habilidad ha logrado sobrevivir, ayudado por una oposición que nunca acabó de beneficiarse del momento. Ambos bandos caminaban por un valle en el que no pasaba nada y Maduro lo aprovechó.
Hay elecciones en 2024, otra vez sin Chávez en la boleta electoral
¿Qué hará el Partido Socialista Unido de Venezuela? ¿Sigue Maduro en la contienda? ¿Serán elecciones transparentes? ¿Podrá Maduro mantener el poder que tanto le encargó el comandante?
En su último discurso, Hugo Chávez dijo que él es el corazón del pueblo y el pueblo está en el corazón de Chávez.
¿Su legado, después de una década de ausencia, alcanzará para otros seis años? ¿O acaso Venezuela está lista para un cambio?
Porque no se nos olvide que ya son 25 años de dictadura.
