En el Hospital Escuela en Honduras , una joven de apenas 14 años, con solo siete meses de gestación, dio a luz a trillizos. La madre adolescente, procedente de Guarizama, y su novio de 22 años, enfrentan ahora el reto de cuidar a sus tres recién nacidos varones, mientras solicitan apoyo a las autoridades y a ciudadanos debido a su situación económica precaria.
La joven madre expresó su alegría tras el parto, a pesar de las preocupaciones iniciales por ser considerado de alto riesgo: “Estoy muy alegre porque me dijeron que era un parto de alto riesgo, pero gracias a Dios mis niños están bien. Me dijeron que ahora solo iban a ganar peso para dármelos”, comentó.
Padres de trillizos en Honduras piden ayuda
Según los representantes del hospital, los trillizos requieren insumos vitales, incluyendo fórmula especial para prematuros, pañales, ropa adecuada para recién nacidos y toallas húmedas.
Miguel Osorio, vocero del hospital, subrayó la situación desafiante que enfrenta la familia: “La madre ahora es ama de casa y el padre, un albañil de 22 años, que actualmente no tiene trabajo”.
A pesar de las críticas que han recibido por la diferencia de edad entre la pareja, la joven madre y su novio han enfatizado su compromiso y responsabilidad como padres.
El padre de los trillizos también hizo un llamado a la solidaridad: “Sí, necesitamos ayuda, porque nosotros somos pobres, no tenemos suficientes recursos para decir que los vamos a dominar. Sí, uno hace el esfuerzo, pero no es fácil”, expresó con sinceridad.
¿Qué es el embarazo en la adolescencia y cuáles son sus consecuencias?
El embarazo en adolescentes es definido el que sucede entre las jóvenes de 10 a 19 años de edad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que en dicha franja de edad, las madres tienen mayor riego de sufrir enfermedades como eclampsia, endometritis puerperal e infecciones sistémicas, en comparación con las mujeres de 20 a 24 años.
La tasa de natalidad en adolescentes de 10 a 14 años en 2023 fue de 1.5 por cada mil mujeres, donde en el África Subsahariana es de 4.4 y en
América Latina
es de 2.3, lo que los coloca con las más altas en el planeta.