Sinaloa es una entidad famosa por formar parte del Triángulo Dorado, una zona montañosa ubicada entre Chihuahua y Durango, conocido como una de las regiones con mayor producción de marihuana y amapola del país, de la que han salido famosos narcotraficantes, fundadores de diversos Carteles mexicanos, pero el control no siempre estuvo en sus manos.
De acuerdo con el historiador, Luis Astorga, la llegada del narcotráfico a México comenzó con el arribo de inmigrantes asiáticos a Sinaloa, quienes tenían como costumbre el consumo del opio. Al mudarse a nuestro país y para asegurar el abastecimiento de la droga trajeron semillas, iniciado así el cultivo en siembras familiares.
Para 1925, la producción, comercialización y consumo de los derivados de la amapola era prácticamente exclusiva de los chinos y solo se podía obtener en algunas farmacias autorizadas por el gobierno mexicano bajo estricta receta médicas. De esta forma, quedaba prohibido el cultivo de marihuana y amapola, así como el uso de las mismas.
Sin embargo, en 1927, a raíz de las campañas en contra de los migrantes chinos en Sonora y Sinaloa, el entonces presidente de la República, Plutarco Elías Calles, ordena la expulsión de la mayor parte de los orientales, por lo que en poco tiempo el cultivo cambió a manos de campesinos y ex mineros de la ciudad de Badiraguato .
Fue así como en 1943, la comunidad de Sinaloa comenzó a darse cuenta de que la comercialización de la droga era mucho más rentable que dedicarse a las precarias labores mineras y al poco tiempo controlarían el 90% de las operaciones.
Cultivo y distribución de droga en México fue legal
Al comenzar la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos pierde a sus principales abastecedores de opio, sobre todo porque la producción turca queda en manos del enemigo, con ello, se comienzan a buscar nuevos mercados.
Las condiciones fueron perfectas para que las autoridades estadounidenses legalizaran de facto en México la producción de opio para satisfacer la demanda de morfina y heroína de los hospitales de las tropas aliadas. Bajo un acuerdo bilateral se inició la siembra industrial de amapola en los altos de Badiraguato , zona en la que, además, se había encontrado un microclima ideal para este cultivo.
El acuerdo se llevó a cabo con el financiamiento del gobierno del presidente Roosevelt y el presidente de México, Manuel Ávila Camacho, accedió a la propuesta, con el acuerdo que al terminar la Segunda Guerra Mundial se pondría fin al cultivo.
Al finalizar la Guerra en 1945, dio comienzo lo que sería uno de los negocios más rentables para el comercio ilegal mexicano y ya para 1970, los sembradios eran controlados 100% por las familias mexicanas, presentándose como pequeñas empresas con escasa división del trabajo, sin mayor complejidad organizativa.
En 1960, tras la expansión del consumo en la sociedad estadounidense y la incorporación de los cárteles mexicanos a las redes globales de contrabando, se empieza a configurar lo que hoy en día se conoce como ‘Narco Cultura’, totalmente establecida en Sinaloa en 1980.
Luego del enorme éxito y las ganancias millonarias que dejaban estos sembradíos, en el municipio de Badiraguato, nacen también las familias y los personajes más legendarios en la historia de la violencia, criminalidad y narcotráfico del norte de México de los últimos 30 años. Entre los que se encuentran:
- Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán
- Miguel Ángel Félix Gallardo
- Rafael Caro Quintero
Los personajes anteriormente mencionados son reconocidos e identificadas en Sinaloa por su poder, su dinero, su control en las esferas políticas y por la brutalidad contra sus adversarios en el negocio del contrabando del narcotráfico.