La sequía y la falta de apoyo financiero están asfixiando la producción de maíz en México, un alimento básico en la dieta nacional. Con una producción que se estima en solo 2.8 millones de toneladas en Sinaloa para 2025, el país enfrenta un récord de importaciones. ¿Qué le depara el futuro al campo mexicano?
¡En niveles críticos! La intensa sequía ha afectado severamente la producción de maíz, un grano fundamental en la dieta mexicana. La falta de apoyo financiero para los campesinos y las políticas públicas erróneas están agravando la situación, lo que podría tener consecuencias económicas y sociales significativas.
Impacto de la sequía en la producción de maíz en México
La sequía, combinada con la falta de créditos y las importaciones masivas, está acabando con el campo mexicano. En Sinaloa, uno de los principales graneros del país, la producción de maíz se ha reducido drásticamente: “No tenemos apoyo del gobierno, necesitamos que voltee a ver el campo de Sinaloa. Ya no hay, ya se está sintiendo la falta de trabajo en el campo,” afirma Rosario Pacheco, agricultor.
¿Y el apoyo financiero? La desaparición de instituciones financieras como Financiera Nacional ha dejado a los pequeños productores sin acceso a créditos: “Se le ha caído la producción y no se ven los programas que puedan apoyar a los productores a salir de este grave problema que están viviendo,” comenta Juan Carlos Anaya, Director General del Grupo Consultor Mercados Agrícolas
Impacto financiero de la crisis del maíz amarillo en México
En 2025, México romperá récords de importaciones de maíz amarillo, con un total de 28.5 millones de toneladas. Esto no solo afecta a los productores locales, sino que también impacta en la economía nacional: “Estamos en una etapa crítica que hay productores que han vendido hasta su maquinaria para poder pagar pasivos y comer,” señala Carlos Manzanares, de la Asociación Agricultores del Río Fuerte Sur.
La producción de maíz blanco ha caído significativamente en los últimos años. Según la FAO, México debería producir al menos el 70% de lo que consume, pero en el caso del maíz, apenas alcanzará el 45% en 2025. Esto plantea un desafío importante para la seguridad alimentaria del país.