Max era un perrito mestizo que fue rescatado hace cuatro años por la familia Antonio Martínez. En aquel entonces tenía cinco años de edad y vivía en la calle, lo cual cambió cuando fue adoptado; sin embargo, el 26 de abril presuntamente Fernando, un médico militar, le quitó la vida a balazos sin motivo alguno. Así se ve en un video de una cámara de seguridad.
Este jueves fue la audiencia inicial en los juzgados del Poder Judicial de la Ciudad de México en contra del supuesto delincuente acusado del delito de maltrato y crueldad en contra de los animales no humanos, pero la defensa del imputado advirtió que no conocía la carpeta y por segunda ocasión se difirió, esta vez para el 24 de junio.
El sujeto le habría disparado 6 veces a Max
No hay medidas cautelares para el acusado, pero el juez de control ratificó las medidas de protección que solicitó el agente del ministerio público de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, alejarse de los ofendidos, mantenerse a distancia de los lugares que frecuentan, no acercarse al domicilio ni al trabajo de los ofendidos y testigos.
En la carpeta de investigación consta que el viernes 26 de abril Max acompañó a su dueño adolescente, de 17 años de edad, a la papelería ubicada en calle Norte 33, en la colonia Moctezuma Segunda Sección, en la alcaldía Venustiano Carranza.
Max estaba en la banqueta esperando a que saliera su dueño con las copias se acercó Fernando, un sujeto que se identificó como médico cirujano militar, quien dicen los vecinos tiene familia en la zona, le disparó seis veces con una pistola y huyó.
¡Adiós, Max! 😔
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) June 14, 2024
Entre mariachis y lágrimas, familiares y amigos despiden a Max, el perrito que presuntamente fue baleado por un médico militar.
El hombre sigue libre y la familia del perrito pide justicia https://t.co/Fjvdb0AFJB pic.twitter.com/M8nOG47WP2
Testigos indican que Max sufrió mucho antes de morir
Max era un perro grande con sobrepeso, muy querido por los vecinos, cuentan que todos lo conocían y apapachaban. Después de los disparos lo tuvieron que acomodar sobre una lona de propaganda política para poder cargarlo y llevarlo hasta una veterinaria que se ubica a media cuadra. Dicen que tuvo mucho dolor y una agonía muy larga, finalmente murió.
Max estuvo en refrigeración hasta el 3 de mayo cuando el Centro de Control Canino entregó el cuerpo a su familia, después de realizarle la autopsia.
Su familia humana y vecinos cooperaron para despedir a Max con mariachis
Ese mismo día su familia humana y los vecinos cooperaron para despedirlo dignamente con mariachis y que pudieran ir a su casa para verlo por última vez.
Mucha gente fue al sepelio de Max a despedirlo con amor.
