El telescopio espacial James Webb encontró moléculas de agua en los discos protoplanetarios de cuatro estrellas similares al Sol y esto podría tener una conexión que nos llevaría a conocer el origen del vital líquido.
El descubrimiento es una nueva pieza del rompecabezas que explica el origen de nuestro planeta azul. El agua es esencial para la vida tal como la conocemos.
Agua podría haber llegado desde el espacio
Lo anterior sugiere que el agua de la Tierra podría haber llegado a nuestro planeta desde el espacio , en forma de polvo y hielo, cuando el Sistema Solar aún estaba en formación.
Hasta ahora, los científicos no estaban seguros de cómo llegó el agua a la Tierra. Una teoría sugería que esta se formó en el propio Sistema Solar, a partir de gases y polvo que se condensaron.
Otra teoría sugería que el agua llegó a la Tierra desde el espacio exterior, en forma de cometas o asteroides. En tanto, el descubrimiento del telescopio James Webb parece respaldar la segunda teoría.
Las moléculas de agua que el telescopio encontró se encontraban en los discos protoplanetarios, que son las nubes de polvo y gas que rodean a las estrellas recién nacidas. Estos discos son el lugar donde se forman los planetas.
En el caso de las cuatro estrellas que observó el telescopio James Webb, las moléculas de agua se encontraban en la parte interna de los discos, donde las temperaturas son más altas.
Esto sugiere que las moléculas de agua se formaron en la propia nube protoplanetaria, y no llegaron más tarde, en forma de cometas o asteroides. El descubrimiento del telescopio James Webb es un paso importante para entender el origen de la vida en la Tierra.
El agua, esencial para la vida, podría ser más común en el Universo de lo que se pensaba. Y que podría haber llegado a nuestro planeta desde el espacio exterior, en forma de polvo y hielo, cuando el Sistema Solar aún estaba en formación. Este descubrimiento abre nuevas posibilidades para la búsqueda de vida en otros planetas.