La nueva bomba nuclear B61-13, de la que adelantó avances el Pentágono de Estados Unidos, generó preocupación en los organismos relacionados con la lucha por el desarme.
Tal es el caso de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares, ICAN, por sus siglas en inglés. El organismo señaló que esta bomba podría tener una potencia 22 veces mayor a la usada en Hiroshima, Japón.
Esta bomba “es una irresponsable escalada en la nueva carrera de armamento”, señaló en un comunicado la directora ejecutiva de ICAN, Melissa Parke, debido a que el nuevo proyectil tendría una potencia de 360 kilotones, cifra superior a los 16 que tenía la bomba arrojada en tierras niponas en 1945.
El desarrollo de esta bomba es “arrogante": ICAN
El organismo, que obtuvo el Premio Nobel de la Paz en el año 2017, agregó que anunciar el plan de desarrollo de esta bomba mientras están los conflictos armados en Europa y Medio Oriente “en los que participan países con armas nucleares (Rusia e Israel) es un acto arrogante frente a los esfuerzos por que estas armas de destrucción masiva no se vuelvan a utilizar”.
La ICAN recordó que otra bomba, la B61-12, ya está siendo usada por bases de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Bélgica, Alemania, Italia, Países Bajos y Turquía.
“La decisión de añadir la B61-13 se produce poco después de que otra nueva bomba nuclear, la B61-12, comenzara su producción a gran escala el año pasado y actualmente esté ingresando al arsenal nuclear”, mencionó la organización pacifista.
🧵1/ US plans for a new nuclear bomb- the B61-13- is a weapon that could never be used without indiscriminately killing civilians, children, and critical infrastructure – a war crime. #NuclearBan
— ICAN (@nuclearban) October 30, 2023
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Parke exigió que el desarrollo de estas bombas sea cancelado y en lugar de ello honre “sus compromisos con el Tratado de No Proliferación”, que lleven al desarme nuclear.
El uso de estas armas nucleares “supondría matanzas indiscriminadas de civiles y destrucción de infraestructura civil crítica, hechos que constituirían crímenes de guerra”, aseveró Melissa Parke.