Un estudio del Instituto de Ecología y el Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM, reveló que el 90% de las tortillas que se consumen en México contienen secuencias de maíz transgénico. Este dato revela la prevalencia del maíz modificado genéticamente en nuestra dieta diaria, pero ¿implica esto un riesgo para la salud? Esto es lo que dicen las investigaciones científicas.
México prohíbe el cultivo de maíz transgénico
El 17 de marzo de 2025, el Gobierno de México publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el decreto que prohíbe el cultivo de maíz transgénico en el país. La reforma modifica los artículos 4° y 27 de la Constitución, enfatizando que el cultivo de maíz debe ser libre de modificaciones genéticas producidas con técnicas transgénicas.
Pese a esta prohibición, la producción de maíz en México sigue enfrentando desafíos. De acuerdo con el maestro Pavel Moreno, jefe del departamento de producción agrícola y animal de la UAM Xochimilco, la contaminación genética puede ocurrir de manera involuntaria al combinar semillas estadounidenses (transgénicas) con las nativas, debido a las diferencias en el costo, lo que ha abierto la interrogante sobre los posibles daños que podría traer a la salud.
¿El maíz transgénico representa riesgos a la salud?
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha abordado el tema del consumo de maíz transgénico y su impacto en la salud de manera diversa. Por un lado, investigadores del Instituto de Biotecnología han afirmado que no causa daños a la salud humana o animal, basándose en evaluaciones de inocuidad avaladas por la OMS y la FAO; sin embargo, otros expertos han expresado preocupaciones sobre los riesgos potenciales asociados con el consumo de alimentos transgénicos, como la posible incidencia de cáncer y toxicidad crónica.
Recientemente, una investigadora del Instituto de Biología de la UNAM aseguró que los alimentos derivados del maíz consumidos en México no representan un riesgo para la salud. Por lo tanto, aunque existen diferentes perspectivas, la mayoría de las investigaciones concluyen que no hay evidencia directa de que el maíz transgénico cause daños a la salud humana.