“El miedo tiene precio”; el crimen cobran sus propios impuestos en México

En México, el crimen ha alcanzado un nivel de poder e impunidad alarmante, al punto de que los extorsionadores operan como si fueran recaudadores de impuestos, llegan sin oposición, imponen sus condiciones con amenazas y exigen una tajada de los ingresos de comerciantes, empresarios y ciudadanos, sin ofrecer nada a cambio.

Esta situación genera una doble tributación inútil y asfixiante, por un lado, se pagan los impuestos al Estado, y por otro, se cede al crimen organizado, que actúa con la certeza de que rara vez será castigado.

“En esta zona comercial por lo menos el 80, 90 por ciento de los locatarios recibimos llamadas, diario y piden desde dos mil, tres mil pesos hasta 30, 40 mil pesos”, explica una persona anónima, víctima de extorsión.

Es la extorsión en donde el miedo tiene precio, se vive con doble tributación, la del impuesto fiscal y la del impuesto criminal, trabajando para dos frentes, porque la hacienda pública no perdona y mucho menos la delincuencia.

Si no reportas al fisco te persiguen y te embargan, aunque no te cuiden, y aunque no te ofrezcan seguridad y peor aún, si no pagas el derecho de piso, te lastiman, te queman tu patrimonio o te matan.

Nadie frena las llamadas intimidantes a casa para exigir dinero ni tampoco las visitas de sicarios a los negocios, imposible que un taxista, un chofer de colectivo pueda evadir la cuota de protección.

“Veme a la cara hijo de tu *** bien bravo, te bajas o que, yo estaba, baja la mano, escúchame y cállate el hocico, todos los checadores están de bonitos, a la hora que sales, a la hora que regresas aquí el reporte y te pasas de pen*** eh, desde que sales y te enrrutan, ya se la había dicho. ¿Son animales?”, Extorsión a operador de transporte púbico en Guerrero.

La extorsión viene al alza, ya que las cifras oficiales no mienten, en 2018 se reportaron 6 mil 721 denuncias, de ahí la escalada es notoria hasta el 2024, ya tiene el registro de 10 mil carpetas de investigación.

Pero la cifra negra es más desoladora, la última encuesta de victimización del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revela que en 2023 se cometieron aproximadamente 4.9 millones de extorsiones y el 96.7 porciento no se denunció.

Es una herencia maldita que parece no tener fin, “El único delito donde no hemos podido lograr una disminución es en extorsión”, dijo en aquel momento el expresidente Andrés Manuel López Obrador.

Cada hora hay una extorsión a un trabajador, un comercio o una empresa, las principales entidades de 2024 son Estado de México, Guanajuato, Veracruz, Nuevo León y Jalisco.

Nadie puede negarse, porque ahora los criminales les arrebatan al estado, no solo la potestad de brindar seguridad, sino de recaudar impuestos.