Quizás el Covid-19 le haya quitado a Christian el trabajo en un restaurante, pero no detuvo el camino de su carrera como chef y decidió emprender como microempresario.
“Yo empecé estudiando gastronomía a la edad de los 18 años. Al terminar la licenciatura me dediqué a trabajar en restaurantes y hoteles… A raíz de la pandemia, el lugar donde estaba laborando cerró”, declara Christian Ortega, chef y emprendedor.
Sin embargo, no se quedó de brazos cruzados y desde casa comenzó a preparar postres, para solventar sus gastos y mantenerse vigente.
“Fue de ahí donde surgió la idea de materializarlo en un establecimiento fijo, haciendo un estudio de mercado, buscando zonas y platicando con familiares, sobre todo para ver si podía contar con ellos para poderlo iniciar”, añade Ortega.
Su local abrió apenas hace dos meses, y además de significar su sueño materializado, se ha convertido en la oportunidad de empleo para más personas.
“Es una oportunidad para crecer. porque aquí vengo a desarrollar varias cosas. He estado aprendiendo a hacer pan y algunos platillos también”, relata Itzayana Cruz, empleada de Christian.
Se trata de un local pequeño donde Christian pretende innovar con grandes recetas gastronómicas, dedicadas a deleitar todos los paladares.
El ahora emprendedor afirma que la aceptación de la gente ha sido muy buena, y que ahora ya tiene clientes recurrentes.
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Ofrece pizzas, repostería y menús ejecutivos de lunes a sábado. Y mientras sigue avanzando en la diversidad de la carta, no deja de soñar.
“Como empresario me gustaría que este local se pudiera ampliar, y de igual forma darle trabajo a más personas de la zona”, finaliza Christian.