Con su belleza Emily Pellegrini ha cautivado a millones de seguidores. La siguen en redes sociales, además de en otras cuentas más privadas, ya que es considerada como la “modelo más sexy del mundo”.
Emily tiene 23 años y ha sido catalogada como la modelo más sexy en todo el planeta. De hecho muchos pagan para conocer un poco más acerca de ella y hasta ha recibido algunas invitaciones para salir a comer o acompañar en un viaje. En sus redes sociales se muestra que ella es de origen italiano pero que la mayor parte de su vida ha vivido en California, Estados Unidos.
Al más puro estilo de los “influencers”, Emily muestra su vida cotidiana en redes sociales
Esta es la realidad de la “modelo más sexy del mundo": mostrar su día a día en las redes sociales. De hecho los internautas que le han escrito, se mantienen con la esperanza de que en el futuro cercano ella les conteste y les acepte una salida. Sin embargo, todos sus seguidores se han enfrentado a la cruda realidad, sí en la que Emily no existe.
Emily Pellegrini fue creada mediante un programa de Inteligencia Artificial (IA), por un hombre quien se ha ganado mucho dinero en las plataformas de contenido para adultos en las que mayores de edad pagan para ver “más allá de lo evidente”.
Esta modelo más sexy del mundo, creación de la Inteligencia Artificial, es el resultado de un diseño a partir de la respuesta que ChatGPT , dio al cuestionamiento de: ¿cuál era la chica de los sueños del hombre promedio?
Su “creador” trabajó hasta 16 horas por día hasta que encontró un programa que la mostrara como una mujer muy simpática y sobre todo atractiva. En la actualidad, sólo le dedica 8 horas al día para diseñar la vida cotidiana de Emily que tiene unos 12 mil seguidores en Instagram.
Cabe señalar que ella no está sola,en ocasiones le acompaña su hermana Fiona, a quien siguen unos 8 mil usuarios en la plataforma de Meta. La digital modelo más sexy del mundo es una muestra de los personajes creados a partir de Inteligencia Artificial que en un futuro cercano, bien podrían convertirse en la competencia de muchos “influencers”.