El Santo, cuyo nombre real fue Rodolfo Guzmán Huerta , es una de las figuras más icónicas de la lucha libre mexicana. Su trayectoria ha dejado una huella indeleble en la cultura popular del país, y su nombre y su máscara plateada son sinónimos de heroísmo y lucha. Pero, ¿cómo surgió el nombre que lo catapultó a la fama?
¿Cómo surgió el emblemático ‘Enmascarado de Plata’?
El nombre ‘El Santo’ fue sugerido por Jesús Lomelí, un promotor de lucha libre que buscaba formar un grupo de luchadores que se presentarían con trajes plateados. Antes de adoptar este emblemático nombre, Guzmán había luchado bajo varios alias, incluyendo “El Hombre Rojo” y “El Demonio Negro”.
Sin embargo, fue en 1942 cuando Lomelí le propuso tres opciones: “El Santo”, “El Diablo” y “El Ángel”. Guzmán optó por “El Santo”, un nombre que no solo resonaba con el público, sino que también le otorgaba un carácter heroico.
Para algunos aficionados e historiadores de la lucha libre, el origen del nombre “El Santo” podría estar relacionado con el personaje de las novelas policiacas y la serie de televisión llamada Simón Templar, alias “El Santo”.
Este personaje, creado por Leslie Charteris, es un aventurero que se enfrenta a criminales mientras ayuda a los desprotegidos. Otros sostienen que Rodolfo Guzmán se inspiró en un luchador estadounidense conocido como “Máscara de Hierro”, lo que lo llevó a elegir ser el “Enmascarado de Plata”.
La elección del color plateado para su máscara no fue al azar. El plateado se convirtió en un símbolo de pureza y nobleza, alineándose con la imagen que Guzmán quería proyectar como un luchador técnico.
Desde su debut el 26 de julio de 1942 en la Arena México, donde enfrentó a “El Lobo Negro”, El Santo comenzó a forjar su leyenda. Aunque su primer combate no fue exitoso, pronto se convertiría en un ícono.
A lo largo de su carrera, El Santo pasó de ser un luchador rudo a convertirse en un héroe popular. Este cambio se consolidó en 1962 cuando decidió adoptar el bando técnico, ganándose el cariño del público. Su personaje no solo se limitó al ring; también incursionó en el cine, protagonizando numerosas películas que lo consolidaron como un ícono cultural.
Entre sus logros más destacados se encuentran los cinturones nacionales de peso welter, medio, semicompleto y de parejas. Además, El Santo se consagró en la escena internacional al obtener los campeonatos mundiales de la National Wrestling Alliance (NWA) en las categorías de peso welter y medio.
Su éxito no se limitó solo a los títulos; El Santo también se destacó en la lucha por las máscaras y cabelleras de sus oponentes. A lo largo de su trayectoria, logró despojar a 16 luchadores de sus máscaras y 21 de sus cabelleras, consolidando su reputación como un formidable competidor en el ring.
