El qué y por qué desde Washington | Fuera de México, las mañaneras están siendo contraproducentes

Funcionarios de Canadá están atentos a las declaraciones de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum; no obstante, esa no es una buena noticia.

Escrito por: Armando Guzmán

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Lo que comenta Claudia Sheinbaum en su conferencia tiene un impacto más allá de las fronteras. | FIA.

Canadá decidió no entrar en el juego.

Melanie Joly, la ministra de Asuntos Exteriores de Canadá decidió no entrar en la polémica de quién es mejor… su país, o México.

El lunes pasado durante su conferencia diaria, la presidenta Claudia Sheinbaum de México afirmó lo mismo diciendo “No vamos a caer en una provocación sobre qué país es mejor”.

La presidenta respondió así a una pregunta hecha durante su conferencia de prensa mañanera en la que alguien le pidió que comentara lo dicho por Douglas Ford, Primer ministro de la provincia (estado) de Ontario en Canadá que dijo que la comparación hecha por Donald Trump de Canadá con Mexico… “era lo más insultante que había escuchado”.

Lo que es necesario saber es que Ford estaba realmente criticando a la facción liberal del primer ministro Justin Trudeau a la que los conservadores acusan de “complacencia política”.

La presidenta Sheinbaum también se refería a eso cuando aclaró que “México no debería ser utilizado como parte de las campañas electorales (canadienses)".

Lo que se dice en las mañaneras ya no es solo de consumo doméstico

El problema es que México es el único país donde su jefe de Estado se somete a un interrogatorio diario de miembros de todo tipo de prensa. Y eso representa un enorme riesgo, especialmente hoy en que… “Lo que se dice en México… ya no se queda en México ”.

La prueba es que en la conferencia de prensa del lunes la presidenta indicó que Canadá tiene "… un problema muy grave con el consumo de fentanilo, más que México”. Ese problema explicó la presidenta es resultado de algunas medidas de despenalización de las drogas.

La verdad es que en México deberíamos entender que el horno internacional no está como para estar cocinando esa clase de bolillos.

Aunque justificadamente, cuando la presidenta de México sintió que su país estaba siendo ofendido por la necedad de un político provinciano como Doug Ford, salpicó sus palabras diciendo… “Ya quisiera Canadá tener la riqueza cultural que tiene México”.

¿Cómo interpretaron esto en el gobierno nacional de Canadá?

Nos vamos a quedar con las ganas de saberlo, porque ya nadie quiso en Ottawa ampliar la división con más dimes y diretes.

La prensa mexicana repitió hasta el cansancio… “A México se le respeta, y más por nuestros socios comerciales”. Aquí en Estados Unidos interpretaron eso, no como una frase dirigida a Estados Unidos y a Canadá, sino como un discurso dirigido a los mexicanos en México.

Por todo lo anterior, la ministra de exteriores canadiense decidió mostrar por qué ella es la líder de la diplomacia de su país, respondiendo a todo esto desde Bruselas en una reunión con los europeos… “Creo fundamentalmente que muchas conversaciones, cuando se trata de diplomacia, siempre son mejores cuando se mantienen privadas”.

Justin Trudeau, Primer Ministro canadiense, con la actitud fría de los países del norte ya había tratado de aislarse de enfrentamientos verbales con México.

Su gobierno lo que sí reafirmó es que la auténtica preocupación que Canadá comparte con Estados Unidos es el alto nivel de inversión china en México, porque va en contra de los objetivos de seguridad económica de Ottawa y Washington.

La verdad es que hay preocupación auténtica porque es obvio que surgió una potencial ruptura entre los dos socios comerciales.

Esta absurda división potencial entre socios que han ganado mucho dinero juntos comenzó con la amenaza de Donald Trump , presidente electo de Estados Unidos, de que impondría aranceles del 25 por ciento a todos los productos de ambos países a menos que detengan el flujo de migrantes y drogas ilegales hacia Estados Unidos.

Después de una semana el gobierno nacional de Canadá ha razonado y sopesado mejor la situación. Ahora sin rodeos, acepta que una ruptura de la alianza de los tres países dañaría seriamente la economía de los tres.

Los canadienses son mucho más fríos que los mexicanos, y por eso la ministra Joly en forma muy ecuánime informó que los gobiernos de México y Canadá han estado en comunicación cerrada y que el tema ha sido el “tan importante acuerdo comercial de América del Norte”

Y Joly agregó; “Sé que ha habido muchas conversaciones en Canadá sobre cómo podemos trabajar juntos y cómo podemos, al mismo tiempo, proteger nuestros intereses”.

Con todo lo anterior la Ministra canadiense metió el acelerador de las reparaciones diplomáticas hasta el fondo diciendo; “Tenemos una relación positiva con México y necesitamos trabajar con ese país; ese es definitivamente mi objetivo”.

Déjeme regresar a 2018 cuando México empezó a separarse de Canadá en las negociaciones del nuevo acuerdo comercial de Norteamérica. Solo recuerden ustedes, cómo se calentaron los ánimos cuando se supo que México estaba dispuesto a actuar solo en la renegociación del TLC con Estados Unidos, y que en el nuevo acuerdo podrían prescindir de Canadá.

Recuerdo editoriales que muy en medio de las negociaciones, hablaban de que Canadá se había quedado afuera mirando hacia adentro. Y no hay que engañarnos, los canadienses tuvieron que luchar en las negociaciones en Washington para volver a sentarse a la mesa.

Esto último no se nos olvida para quienes lo cubrimos para México, y les aseguro que los canadienses todavía se acuerdan muy bien.

Por eso hay expertos que aseguran que “la relación Canadá-México siempre ha sido la parte más débil del triángulo de América del Norte”.

Para que decir en las mañaneras cosas que después, ya no se pueden desdecir

Las conferencias de prensa diarias de la presidenta Sheinbaum, son un instrumento que el gobierno mexicano encontró para satisfacer sus necesidades de comunicación doméstica. Sobre eso nadie puede criticar a México que para eso es un país libre y autónomo.

El problema es que, en esas mañaneras, se toman y se adoptan posiciones sobre política internacional que son reportadas tal cual en el extranjero. Y a esas informaciones les hace falta el beneficio de los filtros adecuados del análisis. Cuando Estados Unidos o Canadá emiten posicionamientos, estos si van acompañados de un panorama que evita los malentendidos. Además, esos pronunciamientos de EEUU y Canadá no son diarios.

México y Canadá están compitiendo por el favor del presidente electo Trump antes de su toma de posesión el 20 de enero, cada uno tratando de presentar su caso como el aliado más esencial de América del Norte.

Pero tanto el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, como la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, están boxeando a la sombra, alejándose del conflicto directo entre las dos economías de 2 billones de dólares inextricablemente vinculadas a -y obligadas a negociar con- el gigante de 30 billones de dólares.

Por eso, el primer ministro Trudeau a quien el último presidente de México no le hacía ninguna gracia, se ha cuidado de no tirar más leña al fuego con declaraciones que después estorban a los acuerdos importantes.

Trudeau es más joven que sus dos contrapartes del TMEC, aun así, el premier canadiense se da cuenta que, en un peligroso juego de divisiones, quien terminaría ganando sería Donald Trump. Se da cuenta también que los perdedores serían Canadá y México. Y no se engañen, a nosotros en México con aranceles o sin ellos es quien peor nos iría.

Recuerden que a Trump, le gusta blofear en todo. Para él, la vida es un juego constante de póker en el que el necesita ganar... o al menos ya aprendimos dar la apariencia de que está ganando, para engañarse él solito.

Mientras, en Canadá, Trudeau ya se calló la boca, pero los comentaristas canadienses y muchos de los primeros ministros de sus provincias (gobernadores estatales), no han hecho lo mismo y siguen dándole cuerda a todo este conflicto. Son ellos los que acusan a México de hacer trampa en los compromisos que firmó como parte del TMEC hace ya cuatro años.

Usted debe saber que los canadienses acusan al gobierno mexicano de moverse en una dirección que, dicen ellos, es anti-ética y además totalmente contraria al proyecto norteamericano. Igual que a los congresistas de Estados Unidos, a los canadienses les sorprenden los cambios recientes en México nacionalizando partes de su economía, revirtiendo las reformas energéticas, y no rompiendo públicamente con el crimen organizado combatiendo con fuerza a los cárteles y a la inseguridad.

Los dos socios de Norteamérica nos acusan de “A veces trabajar cooperativamente con ellos en las fronteras mexicanas, y a veces no”.

La presidenta Sheinbaum dio a conocer hace ya casi una semana que le escribiría una carta al Primer Ministro Trudeau. Pero hasta hoy, sobre esa carta nada se ha dicho.

El modelo del TLCAN logró abrir con éxito una economía mexicana previamente cerrada. Los canadienses le están haciendo ver a Trump que el gobierno anterior la volvió a cerrar y que por eso México, no es ya un socio confiable.

Para que decir en público lo que se debe decir en privado

Muchos de ustedes seguro recuerdan una escena icónica en una película que todos conocen en la que Don Corleone, reprende a Sony su hijo mayor cuando se mete en una discusión con un adversario. El padrino lo calla y le increpa;

… ¿Y a ti qué demonios te pasa?

¿Desde cuándo le dices a la gente lo que estás pensando?

Cuando en las mañaneras se habla de política exterior, y ahí mismo se adoptan posiciones que son muy poco estratégicas, y que no han sido analizadas en su alcance, a México le ocurre lo mismo que le ocurrió al hijo del padrino. Es malinterpretado.

Es entonces que todos los detalles de esa escena que le describí se me vuelven a dibujar en la mente.

Por eso, fuera de México, las mañaneras son contraproducentes.

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