Un preso de 36 años de edad en Ecuador murió tras sufrir complicaciones por tuberculosis. El hombre hurgaba una condena de cinco años por robo a mano armada.
Segundo Gregorio Bone Yagual es el preso que murió el 12 de marzo de 2025 en la Penitenciaría del Litoral, el Guayaquil. El sujeto estaba recluso en el pabellón 7 de dicha cárcel.
¿De qué murió el preso en Ecuador?
Según el informe de defunción elaborado por un médico legista del Laboratorio de Criminalística, el hombre murió debido a un infarto agudo de miocardio, causado por las complicaciones derivadas de la tuberculosis, insuficiencia respiratoria y desnutrición.
Alexandra, esposa del fallecido, acusó que durante más de tres meses su esposo no recibió tratamiento médico adecuado, lo que deterioró su estado de salud. Este caso ocurre días después de que el Ministerio de Salud de Ecuador asegurara públicamente que no había fallecidos por tuberculosis en las cárceles.
No es el primer preso que muere en Ecuador por tuberculosis
La situación sanitaria en los centros penitenciarios sigue generando inquietudes entre familiares de los internos y organizaciones defensoras de derechos humanos. Ana Morales, del Comité de Familiares por una Vida Digna, señaló que Segundo Gregorio Bone no es el único caso registrado este año.
Según esta organización, John Bryan Cagua Delgado, otro detenido en la Penitenciaría del Litoral, falleció el pasado 22 de febrero por un paro cardiorrespiratorio causado por tuberculosis pulmonar. El Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos ha solicitado al Ministerio de Salud una actualización de las cifras de enfermos y fallecidos por tuberculosis en el sistema carcelario.
¿Qué tan grave es la tuberculosis?
La tuberculosis puede ser tratada con antibióticos, pero si los pacientes no reciben tratamiento oportuno, puede ser mortal. Esta enfermedad es prevenible y curable. Alrededor de una cuarta parte de la población de mundo se ha infectado por el bacilo tuberculoso, y entre el 5 y el 10% de la población presenta síntomas y enferma, explica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
