El Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés) captó un extraño fenómeno de luces conocido como “duendes rojos”, el cual se pudo apreciar en el desierto de Atacama, Chile.
Los llamados “duendes rojos” son un fenómeno muy difícil de avistar, pero una estación científica de Chile logró capturar el momento en una fotografía que ha dado la vuelta al mundo.
La imagen muestra unas líneas verticales rojizas y brillantes, al fondo de la fotografía, casi como si estuviera pintado, sobresale un tono verde, conocido como luminiscencia nocturna. Esta imagen fue captada desde la estación La Silla del ESO, ubicada en el desierto de Atacama, Chile.
“Esta fotografía fue tomada desde la plataforma del Telescopio de 3.6 metros de ESO, en La Silla, en medio del desierto de Atacama. Debido a su gran altitud y a la ausencia de contaminación lumínica, La Silla es perfecta para captar estos inusuales fenómenos”, compartió el ESO.
Y aunque su nombre es el de unos seres mitológicos, nada tiene que ver con esas criaturas fantásticas y más bien se trata de una característica meteorológica que ocurre en la atmósfera de la Tierra.
En esta imagen de la semana hay un fenómeno muy esquivo: espectros rojos. Es un tipo de relámpago que ocurre muy por encima de las nubes de tormenta, descargando electricidad en lo alto de la atmósfera a unos 50-90 km.
— ESO Chile (@ESO_Chile) August 22, 2022
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Crédito: @zdenek_bardon / @ESO pic.twitter.com/PbiTk21Kyf
¿Qué son los “duendes rojos”?
La imagen muestra unas brillantes rayas rojas, conocidas como espectros rojos. Se trata de una forma elusiva de rayos que se generan por encima de las nubes de tormenta, descargando electricidad en lo alto de la atmósfera de la Tierra .
Además de desencadenarse a una altitud mucho mayor que los rayos comunes, estos son más fríos que los rayos blancos que solemos ver y parecen mucho más débiles.
Los “duendes rojos” son muy difíciles de ver, la primera vez que este acto fue captado en una fotografía fue en 1989, desde entonces no se habían vuelto a ver.
El ESO explicó que el fenómeno surge porque durante el día, la luz solar arranca electrones del nitrógeno y el oxígeno presentes en la atmósfera de la Tierra y, por la noche, estos electrones se recombinan con los átomos y las moléculas, haciendo que brillen.
Por lo general, el resplandor de la luminiscencia nocturna solo se puede ver en cielos muy oscuros donde no hay contaminación lumínica.