¡Date cuenta! El verdadero nacionalismo ante Trump
El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos genera preocupación, pero el verdadero desafío de México está en casa.
Donald Trump ha regresado a la presidencia de Estados Unidos , una noticia que, para muchos mexicanos, puede generar temor y ansiedad ante posibles tensiones entre ambas naciones. Sin embargo, antes de reaccionar con discursos antes de que correr despavoridos a enrollarse en la bandera para combatir al masiosare, es importante analizar la situación con objetividad y autocrítica.
¿Es Trump una especie de castigo divino enviado para causar tribulaciones? No. Trump es el síntoma de un problema mucho más profundo, uno que tiene raíces en las fallas estructurales de nuestro propio país.
México y sus retos internos más allá de Trump
El sentimiento de vulnerabilidad frente a las
políticas de Trump
no surge de sus posturas, surge de problemas que México enfrenta diariamente, porque
nuestro propio gobierno
nos ha dejado en esta situación con:
- Violencia descontrolada: Cada día, la violencia cobra la vida de 70 mexicanos.
- Extorsión y cobro de piso: Cientos de empresas mexicanas y extranjeras enfrentan estos delitos.
- Fronteras y carreteras inseguras: La falta de control en nuestras fronteras y la inseguridad en las carreteras son reflejo de un Estado debilitado que no logra proteger a su propia población.
- Falta de atención al presente: El gobierno prefiere echarle una y otra y otra vez la culpa al pasado.
Es fácil culpar a Trump y adoptar discursos antiyanquis, pero la realidad es que en México, el Gobierno es quien nos falta al respeto todos los días con su ineptitud y su falta de resultados.
El verdadero nacionalismo: Demandar resultados a nuestro gobierno
¿Quieren sentirse nacionalistas de adeveras? Pues esto no se consigue mentándole la madre a Trump . El verdadero nacionalismo –el verdadero amor a México– se demuestra cuando le demandamos resultados y rendición de cuentas a nuestro propio gobierno y cuando exigimos y trabajamos por tener un país más libre, más próspero y menos violento. Eso sí que es nacionalismo y no meras trumpadas.
Al final de cuentas resulta que sí somos colonia de alguien: somos colonia del crimen organizado que opera a sus anchas en nuestro país con absoluta impunidad.
¡ Date cuenta !